Una tragedia que unió a dos provincias en el dolor
La noticia recorrió los kilómetros que separan Campana de Cayastá y golpeó de lleno en la costa santafesina. María y José, una pareja de camioneros muy querida, perdieron la vida en el brutal accidente ocurrido el jueves en la autopista Panamericana, donde murieron cinco personas.
Ambos habían partido rumbo al norte a bordo de un camión que transportaba zanahorias, sin imaginar que aquel viaje sería el último.
El momento del impacto
De acuerdo con las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, todo comenzó cuando un camión que transportaba bobinas de papel perdió el control en plena autovía.
El vehículo, fuera de control, impactó primero contra un Citroën C4, cruzó de carril y embistió de frente al camión de los santafesinos. La colisión fue tan violenta que también arrasó con una Peugeot Partner, que terminó envuelta en llamas.
Fuego, caos y desesperación
Fuentes policiales confirmaron que las víctimas fallecieron a causa del incendio que se desató tras el impacto. El fuego, el humo y las explosiones convirtieron el lugar en una escena de horror que los bomberos tardaron varios minutos en controlar.
Las imágenes del siniestro, que se viralizaron en redes sociales, mostraron el nivel de destrucción sobre la autopista.
Cayastá, un pueblo conmovido
La confirmación de las identidades de las víctimas conmocionó a toda la comunidad de Cayastá. En pocas horas, el pueblo se llenó de mensajes, velas encendidas y recuerdos compartidos.
María y José, conocidos por su trabajo constante y su vida sobre la ruta, eran muy queridos por sus vecinos y compañeros del transporte.
“Siempre juntos, siempre laburando”, escribió un amigo en redes sociales, reflejando el sentimiento colectivo de una comunidad que llora la pérdida de dos trabajadores incansables.
Investigación y causas
El accidente, que involucró varios vehículos pesados, es uno de los más graves de los últimos meses en la Panamericana, a la altura del partido bonaerense de Campana.
Las autoridades judiciales y peritos viales intentan determinar por qué el camión de las bobinas perdió el control y desencadenó la tragedia.
Mientras tanto, en Cayastá el duelo se siente en cada rincón. El sonido de los motores, que tantas veces acompañó la vida de estos trabajadores, hoy se mezcla con el silencio respetuoso de una comunidad que los despide con orgullo y dolor.

