Un operativo sin precedentes en Estados Unidos
La redada en una planta de Hyundai en Georgia se convirtió en uno de los operativos migratorios más grandes de los últimos años en Estados Unidos. Según las autoridades, 475 personas fueron detenidas tras un despliegue de casi 500 agentes federales, estatales y locales.
El procedimiento se llevó a cabo en una planta de baterías en construcción, donde los trabajadores fueron alineados y obligados a presentar su información para verificar su estatus migratorio. La situación generó escenas de caos, con intentos de fuga hacia un estanque de aguas residuales y escondites en conductos de aire.
Testimonios de los trabajadores
Algunos de los presentes describieron la escena como una “zona de guerra”, con agentes armados y enmascarados que ordenaban a los empleados colocarse contra los muros. Varios relataron condiciones extremas durante el operativo y confirmaron que quienes quedaban libres recibían un documento con la frase “autorizado para salir”.
Perfil de los detenidos
Las autoridades informaron que los detenidos estaban en situación migratoria irregular: algunos ingresaron sin documentos, otros excedieron el tiempo permitido por su visa y un grupo violó la exención de visa que prohíbe trabajar en el país. La mayoría eran de nacionalidad coreana.
Posición de Hyundai
La automotriz emitió un comunicado aclarando que los arrestados no serían empleados directos de la compañía, sino contratistas o subcontratistas. Hyundai reafirmó su política de “tolerancia cero” frente a cualquier incumplimiento legal y aseguró que reforzará los controles sobre sus socios.
Repercusiones diplomáticas
El gobierno de Corea del Sur envió diplomáticos a la zona y pidió a Estados Unidos “extrema precaución” en el trato a sus ciudadanos. Mientras tanto, abogados de inmigración advirtieron que algunos detenidos podrían haber estado en el país de forma legal, aunque con restricciones sobre su actividad laboral.