“Nosotras queríamos hablar, pero nunca nos dieron espacio”
Por primera vez desde que se conoció el caso, una madre de una de las víctimas habló en un medio de comunicación. La entrevista fue realizada por el periodista Carlos Fornés en el programa F5, donde Judith Quiroz relató con dolor e indignación cómo vivieron los abusos cometidos por el profesor de educación física Juan Trigatti en el Jardín Ceferino Namuncurá, en barrio Yapeyú de la ciudad de Santa Fe.
El día en que todo cambió
Era 2021. Su hija, de apenas cinco años, asistía al jardín bajo el esquema de burbujas que regía tras la pandemia. “Yo la mandaba cuatro veces a la semana”, recordó. Un día volvió distinta. Algo en su mirada, en su comportamiento, la alarmó.
“Mi hija salió rara de la escuela”, relató. “Nosotros vivíamos en un monoambiente. Ella estaba en su cama y me dijo: ‘Má, me duele acá abajo’”. Judith notó que su hija estaba nerviosa. Le costaba hablar. Tenía miedo.
Con el correr de las horas, la nena se animó a decir lo que le pasaba: “Mami, tengo algo muy malo en mi corazón y si te lo digo te va a hacer muy mal”. Finalmente, habló: “Estábamos jugando y me golpeé en la hora del profe Juan”. Pero enseguida agregó: “No hagas nada, porque él me dijo que si yo te contaba, vos ibas a ir y le ibas a pegar a la seño”.
Desamparo institucional
Judith no dudó. Llevó a su hija al Hospital Iturraspe de Santa Fepara que la examinaran. Allí recibió respuestas frías y despersonalizadas. “Me dijeron: ‘si fue abusada, en algún momento te lo va a contar. Llévala al psicólogo de la salita’”, recordó con angustia.
Lo que siguió fue aún más doloroso. “La psicóloga me dijo: ‘¿Qué pasa que llorás tanto? No habrás sido vos abusada también’. Recibí mucho maltrato. Agarré a mi hija y me fui”.
La llevó entonces al Hospital de Niños. La revisaron, pero no podían confirmar el abuso en ese momento. Le pidieron que regresara al día siguiente. Judith decidió no esperar más. Fue a la comisaría y radicó la denuncia.
Un patrón de horror
Al llegar a la seccional, algo inesperado sucedió. “Cuando fui a la comisaría se escuchó: ‘acaba de llegar otra denuncia’”, contó. Apenas quince minutos después, otra madre denunciaba lo mismo, en otra dependencia. Recién al ser trasladadas juntas, las mujeres se reconocieron.
“Nos revisaron a las nenas y el médico nos dijo que tenían signos de abuso sexual”, afirmó Judith.
Con el correr de los días, las niñas comenzaron a relatar lo que vivieron. Todas mencionaban lo mismo: el “juego del oso”. “Nos contaban que el profesor agarraba a un nene, lo llevaba al baño y lo abusaba. Todos decían lo mismo. Siempre los llevaba al baño”, narró con la voz entrecortada.
Silencio, encubrimiento y amenazas
Judith también intentó conseguir las cámaras de seguridad del establecimiento. Pero lo que encontró fue evasión. “Cuando fuimos a la escuela, el profesor ya no estaba. La escuela estaba llena de policías”, recordó. La directora le dijo que se “desayunaba con la noticia”, que Trigatti estaba de vacaciones.
La respuesta de la vicedirectora fue más cruel aún: “Vos estás inventando esto porque Alan (el padre de su hija) te dejó”.
La sospecha de encubrimiento creció cuando supo que el padre de su hija trabajaba para la familia de la vicedirectora, y que habría sido quien filtró información a la institución.
El impacto en la vida de su hija
La vida familiar también cambió para siempre. “Mi hija nunca había tenido malas noches. Desde que pasó esto, no paraba de llorar todas las noches”, relató Judith.
“Yo quería lo mejor para mi hija. Por eso hacía el esfuerzo de mandarla a un jardín privado. Y me encuentro con esto. Cuando me dieron la noticia no paraba de llorar”.
Justicia, no dinero
Judith fue contundente: “No quiero plata. Quiero justicia. Porque me tocaron lo más preciado que tengo”.
“Hemos recibido amenazas, insultos. Pero seguimos adelante. Porque hay nenas que estuvieron peor que mi hija”.
Al finalizar la entrevista, agradeció el espacio. “Te agradezco que nos des este lugar. Ningún medio nos quiso atender”.
El caso Trigatti: un fallo histórico
Juan Francisco Trigatti, profesor de educación física, fue condenado a 12 años de prisión por la Cámara de Apelaciones de Santa Fe, que revocó un fallo previo que lo había absuelto en 2024.
El docente fue hallado culpable de abusar sexualmente de cinco niñas de entre 3 y 6 años en el Jardín Ceferino Namuncurá de barrio Yapeyú, aprovechando su rol de educador y la vulnerabilidad de las víctimas.
La causa incluyó pericias médicas, informes psicológicos y declaraciones en cámara Gesell, que permitieron reconstruir un patrón de abuso reiterado.
El fallo condenatorio llegó tras los recursos presentados por la querella y la Fiscalía, quienes lograron que se revoque la absolución y se dicte una sentencia firme con cumplimiento inmediato.
▶️ La entrevista completa a Judith Quiroz puede verse al inicio de esta nota.