El duro golpe del doping
Alejandro “Papu” Gómez reconoció que vivió uno de los momentos más difíciles de su carrera tras la sanción de dos años por consumo de terbutalina, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). “Los primeros meses fueron duros, no entendía por qué me pasaba a mí, en el mejor momento de mi carrera. Para mí el fútbol había muerto”, expresó.
El ex volante de San Lorenzo y Atalanta recordó que la suspensión se produjo en 2023, poco después de haber sido campeón del mundo en Qatar, lo que transformó su alegría en una etapa de enojo y frustración.
El regreso en Italia
Actualmente, Papu Gómez se prepara para volver a jugar en el Calcio Padova, equipo de la Serie B italiana. Firmó contrato por dos años con opción a una temporada más y aseguró que vive esta etapa como un “renacer”.
“Ahora me visualizo entrando de nuevo a una cancha, va a ser como volver a debutar en Primera. Me siento con fuerzas para seguir jugando varios años más”, sostuvo.
Reflexión y aprendizaje
El mediocampista admitió su responsabilidad en el caso. “El error fue mío, tomé un jarabe que no debía. Pero no merecía dos años de suspensión”, explicó. También contó que durante meses no pudo ver partidos ni noticias deportivas. “Me costó mucho, tuve bronca con todo el sistema”, confesó.
Su relación con Lionel Scaloni
Al referirse a su vínculo con el entrenador de la Selección Argentina, Papu Gómez fue claro: “Scaloni es un profesional extraordinario, muy cercano al jugador y con mucha energía”. Recordó que compartieron barrio en Italia y destacó cómo el DT supo rodear a Lionel Messi con futbolistas comprometidos.
Un presente sin nostalgia
Lejos de aferrarse a la gloria pasada, Gómez aclaró: “No pretendo vivir de recuerdos. Lo más importante es el presente”. Con esta mentalidad encara su regreso al fútbol, a pocos días de volver a pisar un campo de juego tras la sanción.