Queda la incógnita si los jóvenes se volcarán a «estirar» las previas, o si rotarán de un local nocturno a otro.
El próximo lunes 27 de marzo vencen los plazos administrativos establecidos por la ordenanza Nº 12.852, norma aprobada en noviembre de 2022 y que estableció nuevas pautas regulatorias de todas las actividades nocturnas en Santa Fe. Esto quiere decir que ese día, la «nueva nocturnidad» entrará en vigencia y comenzará a regir con todos sus alcances, desde los nuevos horarios de apertura y cierre, la clasificación de locales nocturnos, las zonificaciones, hasta las exigencias de protección acústica, entre muchos otros aspectos.
Una de las novedades es que, cuando entre en vigencia, quedará derogado un artículo -el 3-, de la vieja ordenanza Nº 11.622, sancionada en octubre de 2009, y que declaró la emergencia nocturna en esta capital. Ese artículo disponía que el horario máximo de ingreso del público a confiterías bailables era hasta la hora 2. Ahora, no existirá más ese impedimento horario para el ingreso a los boliches para adultos mayores de 18 años, pero sí se mantiene la hora de cierre, hasta las 6.
En limpio: los jóvenes podrán asistir más tarde de la hora 2 a las confiterías, y esto abre un interrogante: si se estirarán las famosas «previas», que habitualmente se hacen en casas particulares (sobre todo para abaratar gastos de bebidas y comida), o bien, como segunda opción, si antes de ir a bailar asistirán a algún bar o parador.
novturnidadAseguran que habrá más controles para garantizar el orden en vía pública y la observancia a los horarios de cierre.
Una tendencia actual indica que la franja etaria de estudiantes universitarios (de 18 a 24 años) sí hacen previas privadas, para luego ir a un boliche. Pero la franja etaria inmediatamente mayor, al ya trabajar y contar con cierto poder adquisitivo propio, opta en general por cenar en un restó o tomar algo en el lugar. Y luego, «si pinta boliche», estos jóvenes van; de lo contrario, no.
¿Qué opina el municipio de esta situación? Según el secretario de Producción y Desarrollo Económico municipal, Matías Schmüth, y más allá de las previas (que se reservan al espacio privado de las personas) «tratamos que la gente que pueda estar en un bar o en un restó. Es un hecho que hoy existe un gran abanico de ofertas gastronómicas de este tipo, que tienen muchísima concurrencia, a comparación de lo que ocurría hace 10 años, por ejemplo», dio su opinión.
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Entonces, lo que se busca es estimular una suerte de «rotación» de gente entre lugares: «Que los concurrentes puedan elegir ir a un bar, y que cuando éste deba cerrar, ir a un boliche. Los bares en el espacio público en verano cierran a las tres de la mañana. Si podemos generar esa ‘mutación’ de decir: ‘Bueno, puedo estar hasta las 3 en un bar o restó al aire libre, y luego irme a una confitería a bailar’, sería beneficioso», amplió.
Lo mismo pasa con los paradores de la Costanera Este: éstos deberán cerrar a las 2 de la mañana. «Entonces, se abre la posibilidad de la posterior rotación de los asistentes a las confiterías de la 168, más aún teniendo en cuenta la cercanía. Es favorecer un «mix» entre las distintas ofertas nocturnas, teniendo en cuenta que ahora habrá claras limitaciones horarias que deberán respetarse», agregó el funcionario.
Obras
Otro de los puntos -a propósito de las confiterías- tiene relación con las reformas en el acceso a la zona de boliches a la vera de la ruta 168 (que está estipulado en el artículo 46 la ordenanza de nocturnidad, y que incluye la reparación de la calle de ingreso, colocación de luminarias, de cartelerías y señalética, senderos peatonales, etcétera.
Sobre este tema, Schmüth aseguró que estas obras «están planificadas», y que «se empezarán a hacer en los próximos meses». En rigor, están incluidas las imputaciones económicas para tales trabajos de puesta en valor en el vigente Presupuesto Municipal 2023. «La realidad de los empresarios es difícil, lo sabemos, porque no va tanta gente como años anteriores a los boliches. Además, estas obras son un viejo reclamo», declaró.
¿Y los controles?
Ante los significativos cambios que implicarán la operatividad de hecho de la nueva ordenanza (en horarios de apertura y cierre de locales nocturnos, y en la observancia por parte de éstos a las nuevas reglas) el sentido común indica que se necesitarán más inspectores municipales controlando estas situaciones.
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En este sentido, «se readecuaron las áreas de Control para tener una brigada más numerosa (siempre dentro del marco de la ordenanza de nocturnidad), y también con más equipamiento. Porque si bien habrá instancias de diálogo con los sectores involucrados, llegará el momento en que un bar, por ejemplo, tendrá que cerrar sus puertas y punto. Y de no cumplirse, pueden caber sanciones», explicó el secretario.
Fuente: El Litoral