Una etapa clave en la construcción del nuevo puente
El nuevo Puente Santa Fe–Santo Tomé ingresó este jueves en una fase decisiva con el inicio de la colocación de las vigas longitudinales, de 30 metros de largo, fabricadas en la provincia de San Luis. Según detalló el administrador general de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Pablo Seghezzo, “poner las primeras vigas es un hito, es importantísimo”, marcando un avance técnico central para la estructura del viaducto.
Seghezzo explicó que ya se recibieron varias unidades y que cinco vigas completan cada vano, el tramo entre pilares. “Ayer colocamos dos, hoy llegaron tres más, y así finalizamos el primer vano. El objetivo es completar dos antes de las Fiestas”, señaló el funcionario.
Maquinaria especializada para acelerar el montaje
El titular de Vialidad adelantó que en enero arribará la máquina lanza vigas, que permitirá agilizar todo el proceso. Actualmente, las piezas se instalan mediante grúas, lo que implica un ritmo más lento. La obra ya presenta un avance superior al 25 %, con más del 90 % de los pilotes terminados. Además, esta semana comenzó el primer pilote en el cauce del río Salado, un punto considerado estratégico en la planificación.

Traslado especial de 56 vigas desde San Luis
Para completar el viaducto se instalarán 56 vigas, movilizadas mediante un operativo especial aprobado por la Dirección Nacional de Vialidad. El recorrido se inicia en San Luis, continúa por las rutas nacionales 7, 33 y A012, y finaliza en la Autopista Rosario–Santa Fe. Durante todo el trayecto, coches guía acompañan a los camiones, realizando cortes y maniobras necesarias para garantizar la seguridad vial.
Estado de avance de la infraestructura
La DPV informó que ya se ejecutaron 121 de los 136 pilotes previstos, 100 de 136 columnas y 28 de 42 cabezales. Estos tres elementos conforman las pilas, por lo que ya se completaron 28 de las 42, superando la mitad de la estructura.
En paralelo, continúa el trabajo sobre el terraplén de avance que permite ejecutar las tareas sin interrupciones. Aunque inicialmente se proyectaba operar sobre pontones en el río Salado, el bajo nivel del cauce obligó a continuar las tareas desde el terraplén, autorizado por las áreas de Recursos Hídricos y Ambiente. La estructura mantiene la circulación del agua mediante una batería de tubos colocados cerca del estribo de Santo Tomé, donde se ejecutan las pilas 1, 4 y 5.

