En paralelo a la felicitación al presidente Javier Milei de parte de la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en relación a los logros en materia macroeconómica en el primer año de Gobierno libertario, el organismo multilateral de crédito volvió a pedir que la economía argentina se libere del cepo cambiario y maneje un dólar más flexible.
En ese sentido, en el Fondo hablan de que el Ejecutivo necesitará alguna recalibración en su plan económico. Esto es, una estrategia viable para salir del cepo y una mayor flexibilidad en el tipo de cambio en aras de acumular reservas de forma continua. Asimismo, para el FMI, el ajuste debe adoptar un perfil distinto y un refuerzo mayor a las partidas de protección social.
“Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria” comunicaron en el organismo, que valoró la “fuerte acumulación de reservas cambiarias” que tuvo como base la depreciación del 120% del peso frente al dólar en diciembre de 2023, el fin de la sequía en el agro y el blanqueo fiscal.
Pero frente a esas virtudes, el FMI fue enfático respecto a que los amplios controles cambiarios y la actual apreciación del tipo de cambio podrían dificultar la “acumulación continua de reservas cambiarias”. Es por ello que, entre las sugerencias del Fondo figuran la necesidad de una política fiscal anclada en la meta del equilibrio presupuestario, la preservación de la competitividad externa y suavizar los fluctuaciones de la economía en relación a los shocks externos.
Choque de visiones entre el Gobierno y el Fondo
Cuando el FMI se reviere a una mayor flexibilidad cambiaria, choca con la postura del Gobierno, basada en el régimen del Crawling Peg, es decir, las mini-devaluaciones programadas que ahora están por el 2% mensual y el tandem Milei/Caputo quiere bajarlas al 1%.
La propuesta del staff del Fondo implicaría que para salir del cepo sería necesaria una devaluación más grande que las depreciaciones controladas que permite el Ejecutivo, la cual sería del orden del 20% que, aseguran, no tendría graves repercusiones en materia de precios y mejoraría la competitividad en amplios sectores de la economía. Por el momento, el Gobierno de Javier Milei asegura que el Crawling Peg se mantiene al igual que el ancla cambiaria, y se queda con la felicitación del FMI por los logros del primer año.