Se trata de María Rosa Fullone, quien trabajaba en el Hospital Fernández, y Carlos Sereday, jefe de cirugía plástica del Hospital de Quemados.
Fullone se enfermó mientras esperaba su turno para ser inoculada.
Ignacio Previgliano, director del Hospital Fernández, explicó a LN+ que ella no había querido aplicarse la vacuna Sputnik V hasta que saliera el artículo de The Lancet, avalando su seguridad.
“Tenía turno para el 23 de febrero, pero se enfermó antes”, indicó y explicó que el remanente de dosis se había repartido a otros centros de salud.
Sereday, de 66 años, era un reconocido cirujano plástico con especialización en quemados.
Según sus colegas, continuó trabajando incansablemente durante toda la pandemia. Pero en enero se contagió de coronavirus y cursó un cuadro grave.
Falleció este martes en el Hospital Mater Dei, donde también trabajaba. Allí estaba internado intubado desde hacía tres semanas por falla respiratoria.