La caída en Banfield fue mucho más que una derrota. Profundizó los problemas existentes y avivó las luces de alarma que siguen sobrevolando por el parque Independencia. Esta tarde de miércoles Mauricio Larriera quedó contra las cuerdas y no seguirá siendo el DT leproso, si bien aún no está la confirmación oficial.
Tras la visita al estadio Florencio Sola no hay vuelta atrás. Ese nuevo paso en falso aceleró los tiempos internos, multiplicó los cuestionamientos y provocó un cambio de escenario en el recorrido hasta el próximo compromiso. Lo cierto es que Larriera no seguirá al frente del primer equipo.
Este proceso no entusiasmaba (ni adentro ni afuera), no levantaba, y se transformó en un laberíntico pantano que ya se tragó hace mucho lo poco bueno que esbozó Newell’s en los cuatro primeros partidos de la temporada.
La propuesta de Larriera fue cediendo intensidad y eficacia. Le duró demasiado poco aquella instancia inicial donde hizo gala de su vocación de equipo veloz, directo y efectivo del inicio de 2024. Luego todo muy rápido se fue resquebrajando y el límite fue la caída ante Banfield del último martes.
Fuente: La Capital