En un partidazo que terminó 3-3, el Tomba le ganó a la Academia por penales y avanzó en la Copa Argentina. Ahora, Tigre.
En apenas cuatro partidos se convirtió en una marca registrada: el equipo del traductor, tal como cantaron los jugadores. Así se autodenomina el plantel del sorprendente Godoy Cruz. Desde que el ex intérprete de Marcelo Bielsa asumió sorpresivamente como entrenador, el Tomba está invicto con dos triunfos, dos empate (el del miércoles fue casi una victoria) y 12 goles a favor. Consumado el pase a cuartos de final de la Copa Argentina, el piberío cantó por Diego Flores. De arranque nomás pegaron onda. Haber eliminado a Racing por penales terminará siendo el punto de inflexión de un nuevo proceso que arrancó con el pie derecho. Fue una muestra de superación lo que sucedió en Córdoba. Los mendocinos no pudieron sostener dos veces el resultado. Racing terminó remontando una diferencia de dos goles y metió el tercero sobre la hora, pero así y todo GC mostró nervios de acero en los penales para sacarse de encima a un pesado.
La Academia es todo lo contrario a este renovado Godoy Cruz. Deambula por la temporada a los tumbos, perdiendo oportunidades y rifando el prestigio conseguido en los últimos años. Lejos en el torneo local, afuera de la clasificación a la próxima Libertadores vía tabla anual (hoy está logrando el último boleto a la Sudamericana) y con seis partidos sin conseguir triunfos, Racing perdió el norte. Ya sin Pizzi y con Claudio Úbeda en la banca siguen los problemas. Apenas maquilló lo que pintaba para papelón para terminar siendo derrota digna.
Antes de los 20 minutos, el Tomba ya ganaba 2-0 con los goles de Bullaude y Burgoa, los dos mejores de la cancha. Un Tomba ancho hacía estragos por una banda derecha de la Academia que hizo agua durante los 90 minutos. Tan malo fue el partido de Cáceres que salió en el entretiempo y Fabricio Domínguez, que arrancó como volante y luego fue lateral, terminó saliendo en las fotos de la derrota. Inexplicablemente se desentendió de seguir a Burgoa en el 1-0 y perdió con Matías Ramírez en el tercero. Si Racing se metió en partido fue porque Lisandro López sigue contagiando a los 38 años y Eugenio Mena fue una tromba por la izquierda. Antes del descanso, y en un equipo que no encontraba los caminos, una subida del chileno encontró la cabeza de Licha tras un centro perfecto. Ahí creció la Acadé en confianza y se achicaron los mendocinos.
Racing se recuperó en la segunda etapa
El segundo tiempo fue inverso al primero. Los de Úbeda arrancaron con todo. El ingreso de Alcaraz por Cáceres le hizo muy bien a Racing. El pibe no dudó en agarrar la pelota, encarar y generar espacios. Lo empató Copetti de cabeza, pero el Tanque parece saltar de problema en problema. Tras poner el 2-2, hizo un gesto de silencio que cayó muy mal en el microclima de Racing. De hecho, terminaría fallando el quinto penal, el de la eliminación, y la bronca estalló. El ex Rafaela venía de ser expulsado a los siete minutos de juego ante Talleres por un codazo a Tenaglia y ayer quiso cobrarse una revancha -vaya a saber uno a quién- demasiado temprano. Quedó expuesto.
Un final a puro vértigo
El 2-2 no hizo que los motores se apagaran. Lo tuvo Racing para darlo vuelta pero GC llegó antes a la ventaja con un zapatazo de Ramírez que dejó parado al pobre Arias, que ayer no fue protagonista en ningún momento. De hecho, no pudo atajar ningún penal, algo en lo que se venía haciendo muy fuerte. Iban 33 minutos del ST cuando el Tomba se puso en ventaja y pareció liquidar la moral de su rival. Sin embargo, en tiempo de descuento, mediante un cabezazo de Correa, llegó el 3-3 final y la puerta hacia los penales.
La definición fue perfecta hasta ese décimo pena cruzado -y muy mal ejecutado- que Espínola le atajó a Copetti. Hasta ahí, ningún arquero había estado cerca de parar ninguno. Pero el paraguayo puso las manos y el equipo del traductor sigue en la Copa. Ahora lo va contra Tigre