Facundo Garcés tiene posibilidades de volver a estar bajo las órdenes de Iván Delfino para ser tenido en cuenta por el entrenador, algo que no ha ocurrido desde el comienzo de este torneo de la Primera Nacional.
El jugador tiene contrato con Colón hasta fin de año. El problema surgió cuando se produjo el cambio de mando en la dirigencia y los actuales se encontraron conque la anterior conducción firmó una exclusividad para que su pase sea negociado por un intermediario (Pascual Lezcano, representante de Viatri con quién hubo que arreglar un juicio millonario contra Colón), con poder para hacerlo hasta febrero del año que viene y con una penalidad en caso de que no se concrete la venta de esa manera.
La situación, desconocida por la representación del futbolista y por los actuales dirigentes, provocó un gran enojo desde la parte del jugador, quien decidió seguir entrenando pero no jugar más para Colón, club que en enero desechó un ofrecimiento de Alavés de España por considerarlo insuficiente.
La realidad es que Delfino no lo tenía en cuenta y que Garcés tenía que entrenarse todos los días sabiendo que no iba a jugar el fin de semana. El tiempo fue pasando y esto, que se constituye en un perjuicio para el club (pierde patrimonio) y para el jugador (acumula inactividad), provocó que se empiece a pensar seriamente en un cambio de actitud con el objetivo de que el futbolista se reintegre normalmente a los entrenamientos con sus compañeros y que Delfino pueda disponer de su aporte al equipo.
Garcés y la actual dirigencia de Colón se encontraron con una situación enojosa y desconocida que fue provocada por la anterior dirigencia. Por eso nació el conflicto que, en apariencia, podría tener visos de superación en el caso de que se confirme la vuelta a la normalidad en la relación club-jugador.
Fuente: El Litoral