Boca Juniors jugó un muy flojo partido en Paraná: perdió 3-0 ante Patronato por la fecha 11 de la Liga Profesional y profundizó su crisis. Luego de la victoria ante Estudiantes que había cambiado el ánimo en La Ribera, otra vez fue superado en actitud y concentración por un rival apremiado por los promedios y que venía de pasar por un duro momento en la escandalosa derrota frente a Barracas Central, en la que había sido perjudicado por el arbitraje de Jorge Baliño y por el VAR, y tras la cual tuvo a cuatro jugadores detenidos por el enfrentamiento con la policía.
Si bien el Xeneize perdió a Marcos Rojo en el calentamiento por una sobrecarga muscular (lo reemplazó Facundo Roncaglia), el Patrón también perdió piezas claves en la etapa inicial (los dos delanteros titulares) y sin embargo jamás se vio erosionado su rendimiento. Axel Rodríguez, Alexander Sosa y Jonás Acevedo dieron el golpe para el elenco entrerriano en el estadio Presbítero Bartolomé Grella.
El Patrón propuso un juego incómodo para un Boca al que le costó hacer pie, a excepción de alguna acción individual de Villa o de un balón pivoteado por Vázquez. Por momentos lo obligó a jugar en largo ante la ausencia de espacios u opciones de pase, lo que simplificó el trabajo de los centrales. En contrapartida, con juego directo y la intensidad de Acevedo y los delanteros Herrera y Axel Rodríguez, al local se lo vio más aplomado en el encuentro.
La lesión de Herrera (y el ingreso de Alexander Sosa en su lugar) no modificó la tónica del cotejo, y en la misma sintonía de lo que ofreció el desarrollo, llegó el gol. A los 22 minutos, Álvarez rechazó y el pelotazo encontró el pique de Sosa, quien tocó hacia el medio para la entrada de Rodríguez, que firmó el 1-0.
El partido le hizo un guiño a Boca: también se lesionó el autor del tanto, lo que obligó a Facundo Sava a decidir la entrada de Justo Giani. Pero el peor enemigo del Xeneize fue el propio Xeneize. Sin funcionamiento colectivo y sin luces. El 2-0, a los 40′, fue la prueba. Raúl Lozano juntó gente con un regate y envió el centro. Dicho movimiento provocó el corrimiento de toda la defensa de Boca, sin tomar referencias. Sosa cabeceó solo, sin marcas, apenas con la sombra de Oscar Romero tratando de acercarse…
Ibarra buscó sacudir la estantería con los cambios. Primero entró Zeballos por Villa. Luego incluyó a Molinas y a Orsini y mutó a un 4-2-4, puro vértigo, casi sin elaboración. De contra, con Acevedo, Sosa y Giani, el dueño de casa siguió lastimando. De hecho, casi logra ampliar con el ex Quilmes, pero Rossi envió al córner.
Boca sólo llegó claro una vez, cuando se combinaron Zwballos y Fabra, y Altamirano ganó por duplicado ante el lateral izquierdo. Pero la diferencia de actitud, de enfoque, siguió siendo notoria. Y volvió a plasmarse en el score.
A los 32′, Varela tomó a Banega en el borde del área. El árbitro primero sancionó penal, pero luego rectificó. Acevedo lo convirtió en un penal con barrera: remató con potencia, su tiro rozó en Fabra y vulneró a Rossi: 3-0.
El elenco auriazul cambió de nuevo el esquema (4-3-3), pero jamás encontró soluciones. Y el humilde bajó al poderoso. Un poderoso que atraviesa un semestre difícil, tras la eliminación en la Copa Libertadores, la salida de Battaglia, los roces entre los referentes y el Consejo de Fútbol que decretaron la partida de Izquierdoz, y el interinato de Hugo Ibarra -hasta fin de año- con caídas ante San Lorenzo y Argentinos. Quedó en el puesto 13 de la tabla de posiciones, a 10 puntos del líder Atlético Tucumán.
Patronato, en tanto, dejó atrás el mal trago en All Boys y sigue dando batalla por la permanencia. Jugando como lo hizo ante Boca, su objetivo es posible.
Fuente: Infobae