Crece la incertidumbre en relación a las elecciones en Boca por el accionar de Analía Romero, la nueva jueza civil que fue designada por sorteo tras el apartamiento de Alejandra Abrevaya. ¿Qué pasó? Pidió ser separada del expediente porque es socia activa del Xeneize desde 2013 y, por ende, no estaba asegurada su imparcialidad.
Ahora, la Cámara Civil tiene que resolver tres cosas: si acepta o no la recusación de Abrevaya, si acepta o no la excusación de Romero, a cargo interinamente del Juzgado Civil número 64, y si acepta o no la apelación de Boca a la cautelar.
“Toda vez que ostento el carácter de socia de Boca, y teniendo en cuenta lo dicho por la jurisprudencia (…), considero prudente excusarme de entender en el presente proceso, a fin de preservar la debida administración de justicia y neutralizar cualquier temor de parcialidad que tal circunstancia pudiera albergar en los sometidos a juzgamiento”, sostuvo la jueza en una resolución de tres páginas.
Y agregó: “Por lo demás, cabe referir que la imparcialidad del juez frente al caso implica la objetividad de la actividad jurisdiccional para posibilitar un juicio adecuado a los requisitos constitucionales. En tal sentido cabe dejar sentado que frente a este, o a cualquier otro proceso que me sea sometido a juzgamiento, habré de preservar la imparcialidad sin involucramiento personal que pueda influir en mi decisión“.
Si bien el foco estaba puesto en el 17 de diciembre, luego de la denuncia de la oposición por presuntas irregularidades en el padrón, esta situación complica aún más el panorama, ya que Romero admitió no estar en condiciones de dirimir un pleito en el que ella es una de las protagonistas. A todo esto, el oficialismo (Juan Román Riquelme) y la fórmula Andrés Ibarra-Mauricio Macri siguen con el fuego cruzado, a pesar de que la intención de ambas partes es que los comicios se desarrollen antes que finalice el 2023. Y los socios en el medio, sin poder ejercer el derecho a votar.
Las elecciones en Boca, en vilo: por qué está frenada la causa
Abrevaya, a través de una cautelar, decidió que los comicios no se realizaran a partir de la denuncia de la oposición que tiene como candidatos a Andrés Ibarra y Mauricio Macri porque supuestamente se incumplió el reglamento en el pase de unos 13 mil socios de adherentes a activos. Luego de eso encabezó una conciliación entre las partes la semana pasada que no llegó a un acuerdo.
Sin embargo, en la recusación desde la entidad sostienen, entre otras cosas, que su proceso está sesgado y que vulneró el derecho de defensa de Boca ya que se incorporaron tres declaraciones testimoniales que jamás le fueron trasladadas a la defensa de la institución para poder contestarlas. Además, plantearon que el mecanismo que hoy está en discusión es el mismo que la anterior gestión -hoy oposición- utilizó en los años previos para sumar socios.
El pasado domingo miles de hinchas de Boca, encabezados por Riquelme, marcharon desde el Parque Lezama hasta La Bombonera en reclamo de que se respete el derecho a votar. “Nos quieren intervenir el club. El señor (por Mauricio Macri) quiere intervenir nuestra institución, por eso no nos deja votar. Pero el club es de los hinchas“, exclamó el actual vicepresidente.
Mientras tanto, la lista opositora Unidos por Boca que encabezan Ibarra y Macri pidió a través de un comunicado que se “vote ya“, paradójicamente, o no tanto, en consonancia con sus adversarios políticos.
Hasta hoy, los comicios no tienen fecha de realización, sumado a que al parecer nadie quiere hacerse cargo de la causa, que iría nuevamente a sorteo si así lo dispone la Cámara Civil.