La Academia se impuso 2 a 1 ante el equipo brasileño. Marllon, Aníbal Moreno y Enzo Copetti marcaron los goles.
Racing se presentó en el Arena Pantanal con la misión de lograr un buen resultado que le permitiera mantener intactas sus aspiraciones de acceder a los octavos de final de la Copa Sudamericana. La inesperada derrota frente al Melgar en Arequipa condicionó al equipo que dirige Fernando Gago, por lo que el duelo frente al Cuiabá aparentaba ser determinante para su futuro internacional.
Desde los primeros movimientos la Academia tomó el protagonismo del duelo con una clara posesión a su favor gracias al dominio que imponía Carlos Alcaraz, Tomás Chancalay y Aníbal Moreno. Las proyecciones de Fabricio Domínguez por derecha, el equilibrio de Lionel Miranda y los sorpresivos ataques de Gonzalo Piovi aparentaban ser las herramientas más peligrosas del conjunto albiceleste. Sin embargo, el dueño de casa se animaba a los contragolpes comandados por Élton, Alesson y Valdivia; y la primera acción de riesgo la tuvo el combinado de Luís Carlos de Oliveira Preto con un remate de media distancia que supo controlar Gastón Gómez.
La respuesta argentina no tardó en llegar. Fue después de una mala defensiva brasileña, en la que Fabricio Domínguez capturó una pelota y habilitó al Lolo Miranda para que el ex Defensa y Justicia resuelva con un violento remate que hizo lucir a Walter. Por el arquero del Cuiabá, el choque se mantenía igualado.
A pesar de la superioridad que mostró Racing, Cuiabá llevó el choque a su territorio a base de la fricción, el roce y las patadas. Desencajados por la pasividad arbitral, los hombres de Avellaneda se olvidaron de su propuesta y el resultado no fue el esperado. Una polémica infracción que sancionó Guillermo Guerrero le permitió al conjunto local abrir el marcador. El disparo que ejecutó Valdivia rebotó contra la barrera y en la réplica, casi sin recursos, el volante logró enviar un centro elevado que capitalizó Marllon. La dudosa posición del defensor desencadenó en una serie de protestas que fueron ignoradas por las autoridades. Si en la fase de grupos hubiera existido la intervención del VAR, la conquista hubiese sido anulada por offside.
Antes de la llegada del descanso los de Pintita volvieron a su idea inicial y gestaron dos ocasiones claras para llegar a la igualdad. La primera fue después de una notable acción colectiva que comenzó por la derecha, siguió por la izquierda, pero le faltó la definición de Enzo Copetti. La segunda, en tanto, fue a través de un remate Miranda que se fue a centímetros del travesaño.
En el complemento Racing volvió a su esencia. A pesar de dos dudas del Chila Gómez, Tomás Chancalay se encargó de lastimar por el sector izquierdo para desarticular a la última línea defensiva. En uno de sus desbordes se asoció con Miranda, quien se juntó con Copetti y el delantero descargó para la llegada de Aníbal Moreno. El ex Newell’s tocó hacia un palo y concretó un golazo: 1 a 1.
La inyección anímica se sintió en los jugadores de Avellaneda. Por lo tanto, unos instantes más tarde Gonzalo Piovi se hizo cargo de una pelota parada y con un preciso centro encontró a Enzo Copetti. Con la cara interna, el goleador con pasado en Atlético Rafaela festejó el 2 a 1 para que la justicia se imponga en el marcador. A partir de ese momento, Cuiabá intentó agredir con los escasos recursos que contaba.
La Academia tuvo una muestra de carácter en el país vecino. Con la victoria se mantiene cerca de la clasificación hacia la próxima instancia, aunque deberá luchar por la única plaza que entrega el Grupo B frente al Melgar, dado que el combinado incaico también ganó de visitante frente a River Plate de Uruguay. En la próxima fecha, los argentinos recibirán a los peruanos en el Cilindro. En Buenos Aires se vivirá un duelo con sabor a final.