Un acto histórico en Jerusalén
Donald Trump aterrizó en Israel y fue recibido por el primer ministro Benjamín Netanyahu para participar en una jornada considerada clave para el futuro de la región. En el Parlamento israelí, el presidente estadounidense proclamó: “Este no es el fin de una guerra, es el comienzo de una era de fe”, en referencia al acuerdo de paz alcanzado tras más de dos años de conflicto entre Israel y Hamás.
El mandatario norteamericano destacó que la jornada “marca el final de una era de terror y muerte” y subrayó el inicio de una etapa de esperanza y reconciliación en Medio Oriente.
El acuerdo de paz y la liberación de rehenes
La firma del acuerdo se realizará en Egipto, aunque Netanyahu rechazó participar de la ceremonia. La negociación incluyó la liberación de 20 rehenes que Hamás mantenía cautivos en Gaza, entre ellos tres ciudadanos argentinos, quienes regresaron a Israel tras más de 700 días en cautiverio.
Trump agradeció “a todas las naciones árabes y musulmanas que presionaron para lograr la liberación” y celebró que la paz “es una realidad que se puede construir día a día, persona a persona, nación a nación”.
Un “nuevo amanecer” en Medio Oriente
Durante su intervención, Trump aseguró: “Israel ganó todo lo que se puede lograr por la fuerza de las armas. Ahora es el momento de transformar esas victorias en paz y prosperidad para toda la región”. Además, habló de “una armonía duradera para Israel y todas las naciones”, proyectando un futuro de estabilidad.
“Creo firmemente que este es el amanecer histórico de un nuevo Oriente Medio”, concluyó Trump ante los aplausos de los legisladores israelíes.