La Cámara revocó el fallo absolutorio
La condena se conoció este martes, cuando el Colegio de Jueces de Segunda Instancia de Santa Fe —integrado por Jorge Andrés, Sebastián Creus y Alejandro Tizón— revocó la absolución dictada en 2024 y condenó a Juan Francisco Trigatti a 12 años de prisión.
El fallo rechazó además “el pedido de nulidad y la recusación” de los jueces, planteados por dos de las madres de las víctimas.
El docente fue hallado culpable como autor de “abuso sexual gravemente ultrajante reiterado en cuatro oportunidades y abuso sexual simple”, ambos delitos agravados por haber sido cometidos mientras estaba a cargo de la educación de las menores.
El inicio del caso y la detención
Todo comenzó en octubre de 2021, cuando un grupo de madres denunció públicamente a Trigatti frente al Jardín de Infantes Ceferino Namuncurá, en barrio Yapeyú. Esa misma tarde, el docente se presentó en la comisaría y fue detenido.
El sábado 9 de octubre fue imputado, y el lunes 11, el juez Gustavo Urdiales dictó prisión preventiva. Al mes siguiente, la jueza Susana Luna amplió la acusación.
Libertad condicional y juicio a puertas cerradas
En mayo de 2022, el juez Jorge Patrizi aceptó una alternativa a la prisión y Trigatti recuperó la libertad. En agosto de ese año, el camarista Roberto Reyes ratificó esa decisión.
El juicio comenzó el 28 de agosto de 2024, con modalidad cerrada por tratarse de víctimas menores de edad. Trigatti enfrentó cargos por abuso sexual gravemente ultrajante (cuatro hechos) y abuso sexual simple, ambos agravados.
Los fiscales Jorgelina Moser Ferro y Matías Broggi, junto a la querellante Carolina Walker Torres, pidieron 25 años de cárcel, mientras que la defensa sostuvo su inocencia.
La absolución de 2024 y la polémica
El 3 de octubre de 2024, el tribunal de juicio —integrado por Pablo Busaniche, Cecilia Labanca y Martín Torres— absolvió a Trigatti. Los jueces argumentaron que hubo “influencia y contaminación” en los testimonios de las niñas, además de deficiencias en la actuación del Estado.
La fiscal Moser Ferro criticó duramente el fallo y sostuvo que las pruebas eran contundentes y que no se dio valor a los testimonios de las víctimas.
La apelación y el nuevo fallo
El 16 de mayo de 2025 se realizó la audiencia de apelación, tras lo cual este martes se conoció el nuevo fallo: Trigatti fue condenado a 12 años de cárcel.
El profesor vuelve así a quedar en el centro del caso, acusado por cinco hechos ocurridos en 2021 en un jardín de infantes de la ciudad de Santa Fe.
Redacción CFIN
Juan Trigatti trabajaba en un sector de alto tránsito, en un patio a la vista de todos, docentes, alumnos, personal no docente, administrativo, e incluso de quienes pasaran por la vereda. Grabado por cámaras de seguridad y bajo el protocolo que impedía contacto físico, en épocas del COVID. Más de 20 trabajadores del jardín declararon en el juicio sobre la visibilidad de estas clases. La defensa pidió durante un año el peritaje de las cámaras y la fiscalía lo impidió, lo cual fue denunciado ante la comisión de acuerdos de la legislatura, con pruebas. Muchos padres y madres, luego de escuchar a sus hijos, testificaron en el juicio a favor del docente. Es inverosímil pensar que los hechos denunciados en este caso realmente ocurrieron.
Más allá que distintos jueces tomaron diferentes criterios para juzgar la misma evidencia, considero que hay poner en contexto la historia de vida de Juan Trigatti. Se trata de un docente que en más de 25 años de trayectoria se ha desempeñado en distintos niveles del sistema educativo, también en varios trabajos sociales, como payamédico, etc. y nunca fue cuestionado en cuanto a este tipo de conductas u otras relacionadas. Por el contrario, es reconocido por distintos sectores de Santa Fe en base a su altura ética, compromiso social y coherencia de vida. Es inverosímil pensar que una persona pueda desarrollar de repente, en pocos días, conductas de abuso sexual infantil hacia cinco niñas, luego de toda una vida que ha mostrado altos valores tanto en ambientes públicos como privados. De hecho, muchos de sus ex alumnos, familias y comunidades educativas lo apoyan; por eso tiene tanta defensa de parte de muchísimas personas que lo hemos conocido a lo largo de su vida, no solo en ámbitos laborales sino en entornos más íntimos. Luego, hay aspectos técnicos del juicio que son más difíciles de conocer o de comprender, pero al menos debieran llamar la atención las irregularidades de la Fiscalía y la Querella. Solo con haber preservado las cámaras de seguridad se hubiera aclarado todo, pero no lo hicieron. Recordemos que se opusieron en su momento a que el Juicio Oral se desarrolle abierto a los medios de comunicación, que durante la investigación no se respetaron las Guías de Buenas Prácticas recomendadas por UNICEF, por mencionar solo algunas de las falencias.