Martín Ortega, el hijo mayor de Palito Ortega y Evangelina Salazar, tuvo que ser internado por orden de un juez. El hombre de 56 años estaba en su casa en el barrio porteño de Recoleta y acompañado por su hermana Julieta Ortega al momento de ser trasladado a una clínica psiquiátrica.
Esta mañana en Desayuno Americano(América TV), Luis Bremer dio la noticia de que el hijo mayor del clan Ortega había sido internado.
El periodista comenzó contando: «Es un tema delicado, hay mucha preocupación porque habla de un hecho que ocurrió ayer cuando fue a buscarlo una ambulancia especializada en salud mental, luego del llamado del doctor Trujillo para que se cumpla una decisión judicial«.
«Este tipo de situaciones son compulsivas, es la involuntarización de una persona, es una internación obligada por lo que debe estar firmada por un juez«, aclaró el panelista.
«Tengo detalles del oficio judicial, no voy a leer todo porque estamos cuidando a un paciente que fue internado compulsivamente, es un suceso ocurrido tras el llamado al 911 del doctor Trujillo que había solicitado un móvil para dar cumplimiento a una internación psiquiátrica», informó Bremer.
«La ambulancia llegó cerca de las 18 horas a la calle Galileo porque el juez determinó esta internación psiquiátrica ya que podía ser un peligro para sí o para terceros», agregó.
Quién es Martín Ortega, el hijo mayor del clan Ortega
Martín nació en 1969, es el mayor de los hijos de Ramón «Palito» Ortega y Evangelina Salazar.
Es el hermano de Julieta, Sebastián, Emanuel, Luis y Rosario Ortega. A diferencia de algunos de ellos, Martín ha mantenido un perfil bajo en los medios, aunque trabaja en el ámbito artístico.
Actualmente, el hombre de 56 años trabaja en la productora Underground, de su hermano Sebastián Ortega, desempeñándose como asesor artístico, enfocándose en la revisión de guiones, estética y coherencia de las producciones, más que en las tareas administrativas.
En 2023, Martín generó polémica al publicar en sus redes sociales una anécdota sobre su madre lamentando el cierre de una tienda de lujo en Buenos Aires, y recibió fuertes críticas al ser acusado de estar «desconectado de la realidad».
En su defensa, el mayor de los Ortega explicó que se trataba de un relato «ficcionado, más cerca de lo poético y del humor».