No hubo ni habrá otra igual. Pueden atestiguarlo quiénes la vieron jugar. Pero también los que no la vieron y es «como si la hubiesen visto». De aquélla defensa han pasado 50 años. Se fue armando de a poco, aunque hubo un gran responsable de ponerlos en la cancha y fue el Vasco Urriolabeitia. La hinchada de Colón cantaba por aquéllos tiempos: «Urriolabeitia los lleva de la mano, a los campeones del Metropolitano». Es que Colón era puntero y animador de aquél torneo de 1974, pero se terminó cayendo en el final. Cuando le ganó a Argentinos Juniors 4 a 2 en la cancha de Unión, la gente se ilusionaba con el título. Luego de aquél partido, empató con San Lorenzo y perdió tres partidos seguidos: Ferro, Banfield y Boca. Terminó cuarto en su grupo a 3 puntos del líder, que fue Newell’s Old Boys, el equipo que luego se coronó campeón en ese recordado partido con Rosario Central en Arroyito y el gol desde afuera del área de Mario Zanabria que aún hoy se recuerda.
No hubo ni habrá otra igual. El Negro Baley era el arquero; Araos (así, con «s» y sin acento), Villaverde, Trossero y Edgar Fernández eran los defensores. Baley había llegado de Estudiantes (lo trajo el Vasco) y llegó a campeón del mundo en 1978 con la selección de Menotti. Araos arrancó en Laguna Paiva, Villaverde en las inferiores de Colón, el Gringo Trossero llegó de Esmeralda (lo vieron en Sportivo Belgrano de San Francisco, en un amistoso con Colón, y lo compraron) y Edgar Fernández lo hizo de Atlético Gimnasia y Esgrima. El Vasco los juntó. Eran muy jovencitos los cinco, pero armaron una defensa excepcional en aquél Metropolitano de 1974, con Spadaro y el Gringo Mariano, entre otros, como suplentes porque ya se había ido el Flaco Zuccarelli y a veces jugaba Trullet de marcador central. Al año siguiente, en 1975 y con el equipo que se reforzó con la llegada del chaqueño Mazo y de Poroto Saldaño, entre otros, ya no pudieron volver a jugar. Trossero contrajo hepatitis y estuvo varios meses afuera de las canchas. Y a mitad de año, el mismo Gitano Juárez, que dirigía una de las selecciones que había armado el Flaco Menotti reclutando jugadores que estaban en el interior del país, le anunció que un grande del fútbol argentino lo iba a contratar. Y ese grande era Independiente, club al cuál el propio Trossero recomendó la contratación de su amigo Villaverde (concentraban juntos desde la época en Colón) para formar una de las mejores duplas centrales de la historia del fútbol argentino.
Sin dudas que el ala izquierda de esa defensa era más brava para la marca que la derecha. Alguna vez, charlando con ese fenómeno de persona que es el «Bambi» Araos, me contaba que «si había que pegar una patada, el que iba al frente era el ‘Gringo’ Trossero… Y el ‘Negro’ Fernández sabía utilizar muy bien los codos», señalaba entre risas. «En mi caso, tanto el Vasco Urriolabeitia como el Gitano Juárez me daban libertad para pasar al ataque», contaba el «Bambi», que fue el primero en aparecer como titular en Colón (lo hizo debutar el Vasco en un partido ante Rosario Central donde le tocó marcar nada menos que al Chango Gramajo) y fue el que vistió más veces la camiseta sabalera hasta que lo destronó el Bichi Fuertes, cuando el delantero jugó su partido 285 en noviembre del 2011, superando, 30 años después, la marca del Bambi que era de 284 partidos con la rojinegra.
Una foto «híper representativa» de la historia de Colón. El Bambi Araos fue el jugador que más veces vistió la camiseta de Colón durante 30 años, hasta que fue destronado por el Bichi Fuertes. En la foto, ambos, acompañados por los ex dirigentes Benito Rodríguez, Eugenio Marcolín y Carlos Marín. Crédito: Pablo Aguirre.Una foto «híper representativa» de la historia de Colón. El Bambi Araos fue el jugador que más veces vistió la camiseta de Colón durante 30 años, hasta que fue destronado por el Bichi Fuertes. En la foto, ambos, acompañados por los ex dirigentes Benito Rodríguez, Eugenio Marcolín y Carlos Marín. Crédito: Pablo Aguirre.
El destino los juntó a tres de ellos. Baley, Villaverde y Trossero jugaron juntos en Independiente cuando «Chocolate» llegó desde Huracán, club al que fue transferido por Colón. Edgar Fernández no tuvo esa suerte. Casi todos los grandes lo quisieron, pero por una cuestión u otra se quedó con la ganas y su destino estuvo ligado a Estudiantes, Temperley e Independiente Rivadavia de Mendoza, antes de volver a Colón -ya grande en edad- pero sin tener la posibilidad de despedirse del fútbol con la camiseta del club que lo catapultó para formar parte de su defensa más famosa. En cambio, el Bambi sí se pudo poner la casaca de dos grandes: Racing y San Lorenzo. Y en este último, recordó una linda anécdota con el Piojo Yudica, con quién había tenido problemas cuando el Piojo fue técnico de Colón, porque en el Parque Sur, el día de la primera práctica, le dijo que no lo iba a tener en cuenta. «San Lorenzo estaba en la B en 1982 y lo contrataron a Yudica. ‘Sonamos’, dije para adentro. Eramos tres marcadores de punta: Comelles, el ‘Gorrión’ Héctor López y yo. Yudica llegó y lo primero que dijo fue: ‘Hay tres marcadores y tienen que jugar dos. Los que arrancan son Araos y Héctor López’. Me sorprendió», cuenta el Bambi, que llegó a Colón, curiosamente, por referencia de un ex jugador de Unión: Hugo Figueroa, uno de los artífices del ascenso tatengue en 1966.
Aquél equipo de la gran defensa, tenía un muy buen mediocampo integrado por Cococho Alvarez, el chaqueño Zimmerman y Carlos López. Arriba, los que habitualmente jugaban eran Lamberti, Coscia y el «Patito» Brítez, aunque ya comenzaba a alternar un morochito que se había convertido en el jugador más joven en debutar en toda la historia de Colón: Daniel Olivares. Ocurre que el «Mono», en ese entonces, era un pibe y había sido convocado para la selección juvenil, integrando luego aquél famoso equipo que fue campeón en Toulon al año siguiente.
Enzo Trossero y Hugo Villaverde, ya en los tiempos de ambos en Independiente, club con el que salieron campeones del mundo. Crédito: Gentileza El Gráfico.Enzo Trossero y Hugo Villaverde, ya en los tiempos de ambos en Independiente, club con el que salieron campeones del mundo. Crédito: Gentileza El Gráfico.
Baley; Araos, Villaverde, Trossero y Fernández… La defensa más famosa y la que se recita de memoria a pesar de que pasaron 50 años. La defensa a la que un grande, como Independiente quiso tener entera pero se llevó una buena parte y se cansaron de alzar copas. La defensa que tuvo a alguien que luego fue campeón del mundo con la selección (Baley), a dos que jugaron para Argentina y fueron campeones del mundo con Independiente (Villaverde-Trossero), a otro que también fue convocado para la selección (Edgar Fernández) y al último que nunca recibió un llamado aunque formó parte de una lista de 40 jugadores designados intransferibles.
Baley; Araos, Villaverde, Trossero y Fernández… Les sobraba jerarquía y el tiempo se encargó de ponerlos en un lugar de privilegio… Los que vieron jugar a aquella defensa, hace medio siglo, seguramente no necesitarán convencer a nadie de que no hubo otra igual.
Fuente: El Litoral