El vicepresidente de Boca Juniors salió al cruce de las declaraciones del exdefensor Oscar Ruggeri, quien había dicho que como persona lo defraudó, y no se guardó nada.
La charla en el vestuario de Juan Román Riquelme tras la derrota de su equipo ante Gimnasia y Esgrima de La Plata sigue trayendo cola en el mundo Xeneize. Oscar Ruggeri, ex campeón del mundo y actual panelista de ESPN, le pegó al vice y este no dudó en responder.
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“Cada uno es libre de decir lo que quiera. A mí me cuentan todas las cosas, yo miro poca tele. A mí me enseñaron a vivir de una sola manera. Si sale un amigo mío o me dice en la cara que lo defraudé, me pondría mal. Sé que ese amigo a mí me quiere y yo lo quiero. Si viene un familiar y me dice que lo defraudé, me pongo mal. Porque sé que ese familiar me quiere y yo lo quiero. Ahora si lo dice una persona que no tengo relación, no me causa nada. No puedo defraudar a una persona que no tengo relación. Es tan simple como eso”, comenzó el 10, en una entrevista con TNT Sports.
“No le doy mucha vuelta a la vida. Vivo muy simple, me enseñaron a vivir de esa manera. No es tan difícil esto. Vivo tranquilo porque no le hago mal a nadie. Trato de ser simple cuando contesto, simple en mi vida y cuando una persona que uno no tiene relación sale a decir esas cosas, no me causa nada”, y agregó: “Lo que dice este muchacho para mí no cuenta. Es tan simple como eso”.
Sobre la reunión con el plantel, manifestó: “Hay que vivir tranquilo. No tengo por qué sentirme mal por ir a felicitar a los jugadores. Estamos acostumbrados a que cuando entra un dirigente –yo soy dirigente pero me siento como futbolista– creemos que hay que ir al vestuario a retar a los jugadores, a tratarlos mal o van a echar al técnico. Así vivimos. No podemos aceptar si uno va a felicitar a los jugadores. Estoy feliz porque hace seis partidos estábamos muy lejos y, gracias a los futbolistas que tenemos, hoy tenemos muchas chances de clasificar a la Libertadores por la tabla general”.
Román explicó el porque de haber bajado al plantel del colectivo: ““Lo que pasa es que estoy del otro lado. Donde miro la cancha, estoy del otro lado yo. Los jugadores estaban en el vestuario. Salen por la otra puerta, agarran su vianda y salen por la puerta del consultorio. Entonces no salen por la puerta principal los que se bañaron rápido. Por eso algunos estaban en el micro. Acá no hay ninguna consecuencia, acá felicitar a los jugadores está mal, nunca vi nada igual. Es como si va tu jefe a vos y te felicita porque estás haciendo bien tu trabajo y quieren armar una novela. ¡Esto es buenísimo! Nunca vi nada igual. Aparte cuando uno está encargado del fútbol. Yo no soy el portero que les dijo ‘miren, quiero hablar con ustedes futbolistas’ o soy el relaciones públicas. Soy el encargado de fútbol. Si me hubiese metido en otra área, estarían diciendo pasó por encima de Ameal. Soy el encargado de fútbol, amo a los futbolistas y los voy a cuidar toda la vida. Fui feliz de la vida a felicitarlos. Algunos chicos habían salido rápido y con todo el cariño volvieron porque saben que tengo una relación excelente con ellos. La paso bien con los muchachos”.