Desde el Hospital Gemelli de Roma, donde el papa Francisco se encuentra internado desde hace un mes, se informó que el pontífice sigue con su mejoría sostenida. Le redujeron la ventilación mecánica y hace terapia para respirar sin asistencia.
En ese marco, el papa ya no utiliza la máscara boca-nariz no invasiva que le provee oxígeno, pero los medicos evalúan hasta que punto puede respirar por sí mismo.
El peor escenario en estos días es que dependa en forma permanente de la asistencia si precisa de un nivel alto de oxígeno y su cuerpo no puede hacer frente a ello.
En paralelo, el pontífice prosigue con la terapia antibiótica y la fisioterapia. Asimismo, recupera su movilidad, a veces con silla de ruedas, para trasladarse a distintos lugares del décimo piso del nosocomio donde se encuentra alojado.
Está movilidad le permite seguir con algunas de sus actividades como papa: redactó un nuevo mensaje escrito para el Ángelus de cada domingo, realiza ejercicios espirituales de Cuaresma con la Curia Romana por video y reza en la pequeña capilla del hospital.
Otro dato que resalta de la internación del papa Francisco es la cantidad de correspondencia que recibe de sus fieles en todo el mundo. Fuentes del Vaticano aseguraron que recibió, desde que está internado, el equivalente a 150 kilogramos de cartas de católicos preocupados por su salud.