La ola de calor que afecta a la Argentina durante la primera semana de febrero hacen que el país alcance el nivel más alto a nivel mundial en cuanto a temperatura, comparado solo con Australia.
El alerta roja por temperaturas extremas rige en 15 provincias argentinas como en el noroeste de Salta, en localidades como Rivadavia; noroeste de Almirante Brown y General Güemes, en la provincia del Chaco; y en Bermejo, Matacos, Ramón Lista y Patiño, en Formosa.
Esta advertencia máxima por temperaturas extremas continúa en los valles salteños del sur como Cachi, Antofagasta de la Sierra, Belén, Cafayate, Tafí del Valle; en las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Santa Rosa y gran parte de la provincia de Buenos Aires (a excepción de una parte del noroeste y la costa Atlántica que rige alerta naranja) y la ciudad de Buenos Aires.
La zona serrana cordobesa de Minas, Cruz del Eje, Pocho, San Alberto y San Javier junto con las áreas centrales en Río Primero, Segundo y Tercero Arriba comparten hoy este alerta nivel rojo, al igual que el norte y oeste de la provincia de San Luis; sur santafecino en localidades como Rosario, Iriondo, San Lorenzo, Constitución, Caseros y General López.
Se incluyen también gran parte de Neuquén, a excepción del sur; y el oeste de Entre Ríos.
Recomendaciones
El alerta roja indica que las temperaturas en esa zona son «muy peligrosas y pueden afectar a todas las personas, incluso a las saludables», por lo que se recomienda aumentar el consumo de agua y no exponerse al sol en exceso ni en horas centrales (entre las 10 y las 16).
Frente a estas temperaturas extremas, el Ministerio de Salud recomienda aumentar el consumo de agua sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada, no exponerse al sol en exceso, prestar atención a los bebés, niños y niñas y a las personas mayores, evitar las bebidas con cafeína, con alcohol o muy azucaradas.
Además, evitar comidas muy abundantes, ingerir verduras y frutas, reducir la actividad física, usar ropa ligera, holgada y de colores claros; permanecer en espacios ventilados o acondicionados y recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos pueden prevenirlo y contrarrestarlo.