Frente a un auditorio de 500 jueces, fiscales y defensores, el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, aseguró: “Esta Corte no negocia fallos” ni sus integrantes “se cuecen en el primer hervor”. Insistió en la necesidad de consolidar “un Poder Judicial fuerte”, junto al Ejecutivo y el Legislativo, ante una sociedad que controle, y advirtió consecuencias para los jueces que se aparten de su buena conducta. La única “obligación”, dijo, es “aplicar la Constitución”. El mensaje fue parte del discurso que brindó anoche durante la cena de camaradería de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, que se reunía por primera vez después de la pandemia
“La fortaleza del Poder Judicial está en su independencia, lo sabemos. Y esa independencia se traduce en la no transabilidad, la no negociabilidad de nuestras decisiones. Eso para nosotros es fundamental -advirtió-. Muchas veces nos preguntan ‘¿ustedes no piensan en las consecuencias de sus decisiones?’ Sí, pensamos, pero yo cuando me preguntan esto digo: ¿Y acaso quiénes no han podido resolver un conflicto antes de judicializarlo, quiénes los judicializan, quiénes recorren distintas instancias judiciales manteniendo su disconformidad… Sobre ellos no recae la pregunta de ¿no piensan en las consecuencias?”. Pareció también un mensaje hacia la política que muchas veces busca resolver sus conflictos en los tribunales.
“En cualquier caso la peor consecuencia es aquella que se deriva de no aplicar la Constitución”, dijo y fue interrumpido por un aplauso. Todo un síntoma el mismo día en la Corte había confirmado la condena a Milagro Sala y frenado una jugada del kirchnerismo en el Consejo de la Magistratura. Entre los asistentes, estaban dos de los jueces que condenaron a la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad: Andrés Basso y Jorge Gorini.
Pero no todas fueron rosas. En su discurso, Rosatti señaló: “Esta Corte está dispuesta por supuesto a apoyar a los buenos funcionarios para lo cual desde ya hay que dar el ejemplo”. Los asistentes entendieron que la frase estaba relacionada con el viaje de jueces y funcionarios a Lago Escondido que se encuentra bajo investigación.
Minutos antes, la gala había sido abierta por el presidente de la Asociación Marcelo Gallo Tagle, quien pronunció una frase con el mismo sentido: “Si el juez pretende que se cumplan sus sentencias, debe ajustar sus estándares a lo que la sociedad espera de él. Tenemos que tomar decisiones justas y dar el ejemplo del mandato ético de dar el ejemplo en la vida en sociedad”. Fue el primer pronunciamiento, elíptico, al affaire.
La cena de anoche fue la primera vez que la Asociación de Magistrados se reencontró luego de los años más difíciles de la pandemia. La última cena había sido en diciembre del 2019, cuando los jueces se peleaban por sacarse fotos con la flamante ministra de Justicia Marcela Losardo. En aquella reunión, también se destacaron las presencias del ministro del Interior Eduardo Wado de Pedro, su hermano de crianza y representante en el Consejo de la Magistratura Gerónimo Ustarroz y el viceministro de Justicia Juan Martín Mena. A diferencia de aquel retrato, anoche no hubo caras del oficialismo. Es más: el ministro de Justicia Martín Soria directamente no fue invitado.
Pero aunque el auditorio estaba lleno, las caras famosas del edificio de Retiro fueron las grandes ausentes. No hubo ningún juez de primera instancia de Comodoro Py. Y de la Cámara Federal solo estuvo presente Mariano Llorens, vicepresidente de la Asociación. Leopoldo Bruglia, flamante sucesor de Llorens en ese tribunal y un histórico habitué en esas reuniones, no fue tal como se suponía: renunció a la Asociación hace un mes, enojado por la falta de reacción de la entidad cuando el presidente Alberto Fernández lo trató de ilegítimo tras el fallo que liberó a los responsables de Revolución Federal, la agrupación sobre la que puso la mira el Gobierno tras el intento de homicidio de Cristina Kirchner.
Sí estaba el fiscal Carlos Rívolo, -el único fiscal federal de primera instancia -al frente de la investigación por ese ataque a la vicepresidenta. Y el Procurador interino Eduardo Casal, que compartió la mesa principal con los jueces de la Corte. Del mundo del Ministerio Público, dieron el presente los fiscales de la Cámara de Casación Raúl Pleé, que recientemente apoyó revocar el sobreseimiento de Mauricio Macri en la causa por el espionaje a los familiares de las víctimas del ARA San Juan; y Mario Villar, que reclamó que se revoque el fallo que sobreseyó a Cristina Kirchner por el caso Los Sauces-Hotesur. Y la fiscal Fabiana León, que tendrá en sus manos la acusación en el juicio por la megacausa “Cuadernos”. Estaba además allí Ricardo Toranzos, fiscal federal de Salta, donde funciona el Código acusatorio, y reemplazante de Rívolo en la Asociación de Fiscales.
El único de los integrantes de Casación Federal que asistió a la cena fue Diego Barroetaveña. Tiene su razón de ser: desde noviembre es parte del nuevo Consejo de la Magistratura. Junto a él también estaba su colega de la lista Bordo Agustina Díaz Cordero y el de la lista Celeste Alberto Lugones, o el saliente Juan Manuel Culotta. Y otros representantes de ese organismo como los abogados Fernanda Vázquez, Jimena de la Torre y Miguel Piedecasas.
Otros de los que participaron fueron jueces de tribunales orales como Gabriela López Iñíguez, Adriana Palliotti, Néstor Costable y Ricardo Basílico, o el camarista Federal de Rosario Aníbal Pineda. Los jueces en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky y Gustavo Meirovich y el defensor oficial Gustavo Kollmann, también estuvieron en la cena de la Asociación de Magistrados.
La convocatoria era a las 20:30 pero, como es habitual, corrieron las copas y los canapés antes de pasar al salón cerca de las 22. Cuando ya todos estaban ubicados, Gallo Tagle tomó la palabra para dar la bienvenida y agradecer la presencia de los jueces de la Corte Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz que estaban allí y lamentar la ausencia del ministro Ricardo Lorenzetti, que no pudo asistir porque tiene COVID-19.
“Las instituciones de nuestro país se encuentran sumidas en una delicada crisis. Por momentos parece que se está mutando al todo contra todos”, comenzó diciendo Gallo Tagle. Habló de la inmensa mayoría de jueces “comprometidas con el imperio de la ley” y la función pública. “No todo depende de la Justicia, pero sí mucho”, sostuvo.
Rosatti dio el discurso principal, que empezó así: “Transitamos tiempos difíciles para las instituciones, para la política, para la justicia pero fundamentalmente para gran parte de la sociedad, la de los vulnerables a los que nosotros debemos brindar una especial tutela”. Sostuvo que esos problemas no pueden hacer “perder de vista” que el principal servicio es “la comunidad” y al “justiciable” y que para eso es “seguir construyendo un Poder Judicial fuerte”.
“No me sonrojo para hablar de un Poder Judicial fuerte ni una Corte Suprema fuerte. Necesitamos, al contrario que los tres poderes sean fuertes. En las sociedades desarrolladas los tres poderes del Estado son fuertes y no hay en eso un inconveniente porque se asume que la sociedad en su conjunto es más fuerte que el resto. Y la sociedad es en definitiva a quien debe controlar a los funcionarios que nos debe controlar a todos nosotros”, aseveró.
Fue entonces que advirtió que lo peor que se puede hacer contra la sociedad es “no aplicar la Constitución” y “nadie debe sentirse ofendida por aplicarla porque es nuestra obligación”. “Nosotros no debemos conseguir la felicidad de la comunidad. Nosotros debemos aplicar la ley para tratar de tomar decisiones justas. La felicidad la sociedad la procura con la familia, sus amigos, en el futbol, con un psicólogo. No estamos para eso. Nosotros estamos para tomar decisiones acordes con la Constitución y la ley”.
“Muchas veces tenemos dudas. Vivimos en un clima de tensión de complicaciones de rispideces de agravios del dudas por las consecuencias de nuestras decisiones en esa situación de confusión yo siempre recuerdo un consejo que me daba a mí sabia madre; nada mejor que cerrar los ojos respiran hondo y hacerlo correcto. Hacer lo correcto es aplicar la ley comenzando por la Constitución. Los buenos jueces tendrán siempre el apoyo de esta Corte que no negocia fallos, esta Corte que sabe que la peor consecuencia es aquella que se deriva de no aplicar la Constitución y las leyes, esta Corte que está compuesta por integrantes que no se cuecen en el primer hervor. Esta Corte es la que está dispuesta por supuesto apoyar a los buenos funcionarios para lo cual, desde ya, hay que dar el ejemplo”, añadió.
El brindis lo dejó para que fuera Carlos Rosenkrantz el encargado de levantar la copa. Pero aprovechó para saludar a Maqueda, a quien destacó por haber “desarrollado y desempeñado con coraje, con profesionalismo, con honradez la función de juez de la Corte Suprema de Justicia” desde hace 20 años y “puede hablar de lo que es transitar momentos difíciles. Y sonaron los aplausos.
“El tiempo es difícil pero vamos a una justicia mejor, siempre que tengamos en claro que nuestras decisiones no son negociables, no están en el comercio. Dependen de nuestra convicción, que debe estar apoyada en la Constitución. Hago votos para que todos, todos -resaltó- nos manejamos de la misma manera. El que se aparte del camino que tenga su castigo porque será el que no está honrando aquello que supimos prometer cuando juramos este cargo”.
Fuente: Infobae