Tras encuentros con productores agropecuarios, la precandidata a senadora por Juntos por el Cambio recalcó la necesidad de políticas agroindustriales claras y previsibles.
“El campo, el principal motor de la economía argentina, continúa siendo uno de los enemigos públicos destacados del kirchnerismo, y esto es algo que no tenemos que olvidar. Es este rencor ideológico y el desconocimiento de la actividad agropecuaria lo que nos lleva a estar a contramano del crecimiento de nuestro país” dice Carolina Losada, precandidata a senadora nacional por la lista “Cambiemos con ganas” de Juntos por el Cambio.
En conversación por Instagram Live con Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales, Losada volvió a hacer foco en el destrato del kirchnerismo para con la agroindustria y la necesidad de reglas claras para potenciar su crecimiento, atraer inversiones y generar empleos.
“El oficialismo está confundido. Cegado por rencores ideológicos busca que el Estado intervenga o reemplace actividades empresariales que vienen funcionando muy bien” coincidieron, señalando como ejemplo las intenciones de estatización de la hidrovía, el principal canal de conexión comercial que Argentina tiene con el mundo.
Al respecto, Idígoras destacó la gestión privada -sin subsidios estatales- de la hidrovía, la red fluvial más importante del mundo, que hoy cuenta con 22 puertos a la vera del Paraná, específicamente en la provincia de Santa Fe, corazón agroindustrial de Argentina. En manos privadas de las empresas que cobran a los barcos que entran y salen del canal fluvial, el servicio, las condiciones de navegabilidad y la logística resultan óptimas. “Sólo hay 4 o 5 empresas en el mundo que prestan este servicio que requiere equipos sofisticados y costosos, personal altamente capacitado e inversiones millonarias. Cuando el Estado tuvo la gerencia, el resultado fue negativo”, señaló.
La precandidata a senadora asegura que, lejos de querer apropiarse y “hacer caja”, el Estado tiene que cumplir con su función fijando reglas claras, realizando concesiones internacionales transparentes, justas y equitativas que permitan que gane la mejor empresa que pueda hacer el dragado al menor costo posible, y a su vez, controlar el accionar de la empresa y puertos para evitar prácticas ilegales. “Son las reglas claras, transparentes y predecibles lo que permitirá al país atraer las inversiones que necesitamos para crecer”.