Tras igualar sin goles en los 90 minutos, el «Xeneize» se impuso 5-4 en la definición desde los 12 pasos. El arquero Rossi le tapó a Fértoli el único disparo de la tanda que no terminó en la red.
Boca se consagró esta noche por tercera vez campeón de la Copa Argentina bajo este formato, al superar por penales 5 a 4 a Talleres, tras empatar 0-0 en una deslucida final celebrada en Santiago del Estero pero que le permitió cerrar con una sonrisa la temporada, además de clasificar directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
En el estadio «Madre de Ciudades», el arquero del «Xeneize», Agustín Rossi, volvió a ser vital en la serie al atajarle el segundo tiro a Héctor Fértoli sobre el palo derecho, como ante River y Patronato en instancias anteriores, y con una efectividad plena -convirtió los cinco remates de la definición- levantó nuevamente el trofeo más federal e inclusivo del fútbol argentino, tras haberse consagrado en 2012 y 2015, además de la vieja edición de 1969.
En la definición por penales anotaron para el elenco de La Ribera Marcos Rojo, Carlos Izquierdoz, Cristian Pavón, Agustín Sández y Eduardo Salvio.
Para Talleres convirtieron Mateo Retegui, Juan Ignacio Méndez, Enzo Díaz y Michael Santos.
El título, primero de Sebastián Battaglia como entrenador mientras se pone jaque su continuidad, le permite a Boca clasificar directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores, cuando por la tabla anual iba a tener que jugar el repechaje probablemente.
Boca -que terminó el partido con un hombre menos por la expulsión de Juan Ramírez- cierra un año de camino sinuoso, en el que empezó campeón y terminó de la misma manera, pero en el que tendrá que reacomodarse para intentar volver a los primeros planos nacionales e internacionales.
Toda la expectativa de la previa, con el estadio repleto y con las dos hinchadas en la tribuna, le dio paso a un juego apático, típico de final, donde ninguno de los dos equipos quiso ser el que se equivoque para darle la chance al rival.
Es cierto que Talleres intentó llevar el peso, desde la intensidad típica que mostró durante toda la Liga Profesional, donde fue el principal rival del River campeón. Dominó recuperando rápido la pelota y desplegando a sus laterales y extremos, contra la pasividad del «Xeneize», que no pateó al arco en los primeros 45 minutos.