El ministro de Economía confirmó que ni bien el Congreso y el Directorio del FMI aprueben el programa habrá un desembolso de US$ 9800 millones. “Empezamos a gobernar con una deuda de US$44.500 millones y no contábamos con reservas disponibles para pagarla”; aseguró.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, calificó al acuerdo que el gobierno cerró con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como “anómalo” en comparación con otros programas que el organismo de crédito ha firmado con distintos países a lo largo de la historia, en tanto aseguró que “es el único camino posible” para enfrentar el pago de la deuda.
El declaraciones radiales, el titular del Palacio de Hacienda confirmó que ni bien el Congreso de la Nación y el Directorio del FMI aprueben el programa habrá un desembolso de u$s 9800 millones por Derechos Especiales de Giro (DEG), que ingresaran al país “ese mismo día o al día siguiente”.
Guzmán enfatizó en la importancia de que el entendimiento alcanzado con el Fondo pase por el parlamento, buscando diferenciarse de acuerdos pasados que “nunca salieron bien”, al remarcar que “sigue una ruta completamente diferente, comenzando por el hecho de que es la primera vez que el mismo tendrá que ser considerado por el Congreso”.
Asimismo, señaló que “a nadie en nuestra fuerza le gusta que el FMI esté en la Argentina” pero dijo que el organismo “ya estaba cuando llegamos”.
“Empezamos a gobernar con una deuda de US$44.500 millones y no contábamos con reservas disponibles para pagarla. Entonces, el único camino era llegar a un acuerdo que nos permita que el propio FMI nos mande los dólares con los cuales refinanciar la deuda que tomó el gobierno anterior, y eso es lo que hicimos”, explicó.
Guzmán indicó que “reducir la inflación es el principal objetivo de la política macroeconómica” y consideró que para ello “acumular reservas es fundamental”, ya que “lo primero que necesitamos es calmar las expectativas y, si hay escasez de reservas internacionales, no hay manera de lograrlo”.
En cuanto al tema tarifario aseguró que “nadie va a experimentar incrementos mayores al de los salarios” y explicó que “la palabra clave es ‘segmentos’. Se está planteando un esquema donde quienes están en una situación de mayor vulnerabilidad y hoy cobran la tarifa social van a tener un incremento anual muy por debajo de la variación de los salarios promedio”.
Continuando con ese concepto, señaló que “luego habrá otro segmento que es en principio el 10% de usuarios de mayor capacidad económica al que se le van a eliminar los subsidios y finalmente el resto tendrá una actualización que será el 80% del coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior”.