La lepra venció por 4 a 2 al pincha en un partido en el que mostró una gran vocación ofensiva y tuvo muchos momentos de buen fútbol. Nacho Scocco, Giani y Nicolás Castro -la figura de la cancha- en dos ocasiones, los goles rojinegros. Manuel Castro marcó los dos del pincha.
Newell’s se regaló un triunfazo ante Estudiantes. Fue una victoria a puro vértigo. Casi respetando a rajatabla la idea del técnico, la lepra se impuso claramente a Estudiantes por 4-2 en una noche en que fue práctico, contundente y efectivo. Y en la que también mostró muchos momentos de buen fútbol. La victoria leprosa se edificó en la capacidad goleadora que tuvo ante el pincha y en las pinceladas de buen fútbol que aportó Nicolás Castro -una de las grandes apariciones de la Lepra- y la movilidad y el desequilibrio en los metros finales de Nacho Scocco y Justo Giani, más el acompañamiento en ofensiva de un equipo que nunca renunció a jugar y a atacar, al margen de los vaivenes que tuvo el desarrollo del partido en algunos momentos.
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Ese mejor andar y buen final de la lepra dejó en el recuerdo los problemas que tuvo en el medio para contener y las fisuras que mostró en el fondo, al punto que además de los dos goles del pincha, Aguerre debió esforzarse en un par de ocasiones para salvar su arco.
El partido arrancó con mucha intensidad y poca claridad, con los dos proponiendo algo similar. Tratando de presionar y llegando hasta el área rival, pero les faltaba final. Hasta que apareció Nacho Scocco, a los 11 minutos, para destrabar el partido y con un zurdazo marcó el primero del rojinegro.
La ventaja no le cambió los planes a la Lepra, que siguió con el mismo libreto: presión, mucha intensidad y salida rápida desde el medio buscando la llegada por los costados. Incluso tuvo un par de llegadas que de no ser porque no las terminaron bien, podría haber ampliado las cifras.
En medio de esto el pincha intentaba poco y lo poco que intentaba no le salía. Al punto de que el Ruso Zielinski debió cambiar el dibujo táctico sobre la marcha en su afán de encontrarle la vuelta al trámite.
Más allá del acomodamiento de piezas en el pincha, Newell’s manejaba el desarrollo del partido. Pero una mala salida desde el fondo entre el arquero y los defensores propició el empate de Estudiantes cuando Manuel Castro, a los 36′, dejó sin chances a Aguerre para decretar la igualdad.
Ese horror defensivo de la lepra le dio aire al pincha que pasó de dominado pasó a ser dominador. Inquietó en dos ocasiones a Aguerre, que respondió bien. Y en el final casi se va al descanso gritando el segundo pero el delantero del pincha no alcanzó a rematar ante la salida del arquero.
El complemento devolvió una versión renovada de Newell’s, más parecido al de los primeros minutos, dispuesto a imponer condiciones. Y si bien el pincha avisó en un par de llegadas, la lepra también mostró sus credenciales con un par de aproximaciones.
Hasta que Nicolás Castro marcó un golazo desde fuera del área en una jugada combinado en ataque para poner otra vez a la lepra arriba en el marcador.
La alegría no le duró nada a Newell’s, que en la jugada siguiente no pudo cubrir la llegada de Manuel Castro, que se anticipó al defensor y marcó el segundo del pincha para decretar una nueva igualdad: 2-2.
Pero en una noche en que abundaron las emociones en el Coloso todavía faltaba lo mejor. Primero fue Justo Giani, que aprovechando una fantástica asistencia de Nicolás Castro, anotó el desequilibrio. Y unos minutos después, el propio Nico Castro marcó un golazo para dejar sin chances a Andújar y anotar el cuarto de la lepra ante el pincha que le permite aventurar un futuro mejor. Un futuro con un equipo agresivo futbolísticamente, que propone y que es ambicioso en ofensiva, más allá de que todavía le faltan ajustar piezas en el retroceso al equipo. Un equipo que más allá del rival no va renunciar al protagonismo y al fútbol ofensivo y bien jugado.