Fue una victoria necesaria. Un desahogo después de cuatro partidos sin ganar. Newell’s lo hizo posible. No dejó pasar la ocasión en el Coloso, jugó como se debía y tuvo el carácter y la autoridad para hacerle sentir a Arsenal que era superior. “Acá mando yo”, pareció ser el mensaje que la lepra le refregó por la cara al conjunto de Sarandí desde que la pelota se puso a rodar. Así lo jugó, siendo patrón en el Parque, apretando con el puño al final tres puntos que le sirven para subir en la tabla y para fortalecer el envión en el juego que estaba evidenciando no solo en la Liga Profesional sino en la Copa Sudamericana. No fue una gran exhibición del equipo de Heinze, pero sí un desempeño que justificó el 2 a 0 con los goles de Ramiro Sordo, y que dejó a su parcialidad con la esperanza de que es posible seguir creciendo.
Newell’s atropelló a Arsenal con fútbol desde los primeros movimientos. La jugó prolija por el piso, con Ferreira al comando de los avances. El equipo progresaba, hasta que la abría, fundamentalmente sobre la derecha, por donde Méndez trepaba sin que Guzmán lo persiguiera. El uruguayo y Portillo penetraban por ese costado con seguridad y enviaban centros que causaban zozobra a la última línea visitante. En ese primer cuarto de hora, la acción de mayor riesgo fue a partir de un envío al área de Portillo y la mediavuelta de Recalde que exigió la estirada de Medina. El rebote le quedó a Iván Gómez a pocos metros del arco y su derechazo fue interceptado por el pie del arquero.
newells, con dos goles de ramiro sordo, vencio 2 a 0 a arsenal y volvio al triunfo en la liga profesional
Newell’s, con dos goles de Ramiro Sordo, venció 2 a 0 a Arsenal y volvió al triunfo en la Liga Profesional
Fabián Ángel trabaja para dejar atrás la lesión. El colombiano llegó a préstamo a Newells en junio de 2022.
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Arsenal corría detrás de la pelota, impotente, dejando en claro limitaciones de toda clase, absorbido por la presión del conjunto rojinegro, dominador territorial y del desarrollo del juego. La única equivocación seria de la lepra fue un quite de Londoño en la salida a Gómez y el disparo de Pons de frente al arco que fue a las manos de Hoyos.
No fue casualidad que esa jugada sucediera en instantes en los que a Newell’s le faltaba profundidad, consecuencia de que equivocaba por dónde aproximarse. Pero la reacción fue inmediata. Ferreira avanzó, probó al arco desde afuera del área, Ortiz desvió la trayectoria y pasó cerca del palo.
El negocio de Newell’s ahora estaba por izquierda. Y fue por ese sector donde nació la apertura del marcador. Ditta la mandó por elevación para el pique de Pittón, centro atrás del lateral y Sordo que la controló y la cruzó para meterla abajo. Gol y premio para el delantero y su tenacidad de intentar siempre.
Menos agresivo fue el funcionamiento de Newell’s en el segundo tiempo. Se aproximó menos a Medina, no fue tan punzante por los extremos y le costó asociarse. El desarrolló se equilibró y reinó la monotonía. La intranquilidad se apoderó del Parque, por la diferencia mínima en el marcador, no tanto por los ataques de Arsenal, livianos y falto de ideas.
El destino del partido dependía de lo que hacía o dejara de hacer Newell’s. Es que Arsenal resultó un conjunto muy limitado y su posición en la tabla no es casual. Y pese a que al equipo de Gabriel Heinze le resultaba dificultoso hilvanar jugadas, de tanto en tanto siguió inquietando por afuera. Como en el centro de Portillo que Sordo conectó mal de zurda y se lo perdió. O en la aparición al vacío de Pittón por el sector opuesto que achicó Medina para taparle el segundo gol.
El encuentro se consumía, pero habría una emoción más en la noche del Parque. Recalde se la dio justa al pique solitario del ingresado Pérez Tica, Medina lo tapó, Sordo capturó el rebote y la empujó al gol.
Entonces sí ya no hubo dudas sobre el triunfo y las cuatro tribunas cantaron y se entusiasmaron con un triunfo que estaban aguardando, como también lo esperaba el equipo, para aspirar a algo más que estar apenas por encima de la mitad de tabla. Newell’s supo cómo imponer autoridad, con juego y ambición. Cumplió y celebró.
fuente: La Capital