Se concentraron a partir del mediodía en la Casa de Gobierno, donde el viernes se produjo una feroz represión policial. “Queremos trabajar”, fue la consigna unánime entre los manifestantes.
Otra jornada de tensión en la ciudad de Formosa. Este sábado un grupo de vecinos se acercó nuevamente hasta la Casa de la Gobernación para exigir dar marcha atrás con la decisión del gobierno de Gildo Insfrán de volver a fase 1, lo que generó un fuerte malestar de los comerciantes.
“Queremos trabajar”, fue la consigna común entre las personas que se acercaron hasta el mismo sitio en donde el viernes tuvo lugar una feroz represión por parte de la policía formoseña.
Los habitantes de la capital se convocaron a salir a las calles, a circular y manifestarse en contra de la medida impuesta por la administración local, que imponía una restricción prácticamente total por haber detectado 17 casos de coronavirus. La medida, según los vecinos que dieron su testimonio a TN, no solo es considerada excesiva, sino que resultó la “gota que rebasó el vaso” luego de varios meses de denuncias y cuestionamientos al poder provincial, que incluyeron demandas por violaciones a derechos humanos y abuso de autoridad.
En ese sentido, después de la primera protesta masiva que terminó con balas de goma y gases lacrimógenos en las calles de la ciudad, el viernes por la noche los comercios abrieron y se colmaron de gente. Este sábado, la actividad se repitió a partir del el mediodía y los formoseños marcharon frente a la Gobernación para exigir que se levante la fase 1 de la cuarentena.
“Me agarraron del cuello y me agredieron en la calle. Me llevaron entre 13 o 14 policías y en la comisaría me pegaron ”, contó a TN Agustín, periodista que fue detenido durante las protestas. “Es una época oscura. Es impresionante que yo no pueda dar mi opinión libremente. Vine a pesar de los golpes de ayer. Nadie tiene miedo
“Formosa libre”, “No más fase 1″ y “Todos somos esenciales”, fueron algunas de las frases que más se repitieron entre los carteles que los manifestantes cargaron para hacer escuchar su reclamo.
Ante la nueva manifestación, el gobierno de Insfrán decidió reforzar los controles y blindar el centro de la capital. En el fuerte operativo, efectivos policiales se dispersaron y apostaron en diferentes accesos. Allí pidieron permisos de circulación a quienes se desplazaban en motos y vehículos. En caso de no contar con esa documentación, no se les permitía el paso.
Durante la tarde del viernes, la protesta se trasladó a Buenos Aires, donde manifestantes pidieron la renuncia del gobernador. Por su lado, la oposición repudió la represión y el endurecimiento de las medidas sanitarias. Al mismo tiempo, reclamaron la intervención del Alberto Fernández.
En el mismo sentido se expresaron organismos internacionales. Entre ellos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que manifestó su “preocupación por la información recibida sobre el uso excesivo de la fuerza policial”.
En un mensaje divulgado en redes sociales, la CIDH sostuvo que “según información recibida, efectivos de la Policía habrían utilizado balines de goma, gases lacrimógenos y golpes contra manifestantes y periodistas; lo que habría resultado en varias personas heridas, y más de 30 detenidas, incluida una periodista que cubría los hechos”.
En este marco, la entidad llamó al Estado argentino a “respetar el derecho a la protesta y recuerda que el uso de la fuerza debe considerarse como último recurso, en el marco de la excepcionalidad, justificado solo bajo los principios de legalidad, y absoluta necesidad y proporcionalidad”.