Se trata de un hombre de nacionalidad boliviana de 29 años. Además, le secuestraron 140 pastillas de medicación psicotrópicas
La Policía de la Ciudad detuvo en las últimas horas a un enfermero del Hospital de Clínicas acusado de robar diversos medicamentos para luego comercializarlos. Se le secuestraron 72 ampollas de poderosos opioides, como morfina y fentanilo, la sustancia detrás de la mayor crisis de adicción en la historia reciente en América del Norte. También, 140 pastillas de medicamentos psicotrópicos.
El hecho ocurrió ayer, cuando agentes de la Brigada Análisis 4 realizaban tareas investigativas en la plaza Velazco Ibarra, situada en la avenida Jujuy al 700, en el barrio porteño de Balvanera. En ese momento, observaron a dos hombres que realizaban un pasamanos, en una maniobra similar a la utilizada para la comercialización de drogas.
Ante esta situación, los agentes se acercaron y notaron que uno de ellos tenía un frasco con ampollas de medicamentos. Luego, lo requisaron. El hombre fue identificado como un ciudadano boliviano de 29 años, quien trabaja como enfermero en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires. Así, entre las ampollas en su poder, se encontraron un total de 72: seis de morfina, cuatro de fentanilo, una de lidocaína, dos de midazolam, cinco de difenhidramina, dos de lorazepam, 32 de tramadol, nueve de diclofenac, cuatro de dipirona, seis de ketorolac y una de dexametasona.
La causa quedó en manos de la Unidad de Flagrancia Zona Este. Posteriormente, tomó intervención el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°17, donde se ordenó un allanamiento en el domicilio del enfermero.
El procedimiento se realizó pocas horas después en una vivienda ubicada en el Barrio Fátima, de Villa Soldati, por parte de efectivos del Departamento Análisis de la Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad. Allí se incautaron más drogas que el enfermero tenía en su poder: 140 pastillas de medicación psicotrópicas. También, ocho bisturíes, cuatro agujas hipodérmicas y recetarios médicos sin firmar y con sellos.
Entre las ampollas que le fueron incautadas se encuentra el fentanilo, un narcótico utilizado por sus acciones de analgesia y anestesia cuya potencia es superior a la morfina y que en una dosis de inadecuada administración puede causar la muerte. Hoy, es la mayor preocupación en países como Estados Unidos por los efectos que causa en sus consumidores y los miles de muertes por sobredosis que genera anualmente: la llaman la epidemia del fentalino.
En Argentina, el fentalino tomó trascendencia pública en febrero pasado tras el caso de la cocaína adulterada que mató a 24 personas que habían comprado la droga en el barrio Puerto 8, en el partido de Tres de Febrero. En esa oportunidad, luego de análisis, se descubrió que la sustancia que llevó a la muerte a los consumidores había sido un derivado del fentanilo llamado carfentanilo. “Es más potente que el fentanilo común y mucho más caro. Se usa para dopar elefantes y rinocerontes”, explicaron fuentes de la investigación a este medio.
En ese momento, la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires sacó un comunicado donde indicaba que dos estudios periciales independientes habían “arribado a la conclusión de que la sustancia utilizada para estirar el clorhidrato de cocaína encontrada en diversas muestras secuestradas” se trata de “Carfentanilo, opioide extremadamente fuerte, cuyos efectos son 10.000 veces más fuertes, o más, que la heroína o el fentanilo”.
El caso del enfermero del Hospital de Clínicas, detenido en las últimas horas, es bastante similar al caso de Rubén, otro enfermero pero del hospital Juan Fernández de la calle Cerviño, en Palermo. El hombre fue acusado en la Justicia por dos hechos ocurridos en 2018: el robo de siete ampollas de fentanilo y una de morfina. En el primero, una compañera lo señaló por ingresar a la Unidad Coronaria del Hospital fuera de su horario de trabajo. Rubén aseguraba que venía de una reunión “con el director”, según documentación judicial a la que accedió Infobae. En su recorrida, tomó medicación sin dejar registrada su cantidad y contenido.
En el segundo hecho, “el imputado ingresó a una habitación de recuperación cardio vascular (RCV) donde había un paciente descompensado y sustrajo la medicación del carro de la enfermera que había salido a avisar a los médicos del estado del paciente, y al regresar lo vio parado junto al carro, salir rápidamente y ella verificó la faltante de tres ampollas de fentanilo y una de morfina”, según la acusación en su contra.