Cuando se utilizan descalificaciones personales por emitir opiniones o posiciones
políticas se muestra, de parte de quien las emite, una fuerte actitud de intolerancia y
autoritarismo.
Cuando estas manifestaciones se realizan desde la cima del Poder Político es aun más
grave, porque se asemeja más a una expresión lesiva de la acción política que a un
sistema democrático donde la libertad de opinión es el pilar fundamental del respeto por
el otro.
Más aún, las opiniones del diputado nacional Miguel Pichetto se dieron en el ámbito de
un debate Parlamentario, eje central del sistema Republicano y la división de poderes
que sostiene nuestra Constitución Nacional.
Sin dudas estamos atravesando un momento de inflexión en la política nacional, pues
quienes han accedido al poder legítimamente por voluntad popular, muestran un
desprecio alarmante por la institucionalidad.
Y esto no es tema de formas (que también son importantes), es un problema de fondo
en el ejercicio del Poder. La permanente descalificación y agresión hacia distintos
sectores de la comunidad (políticos, jueces, legisladores, empresarios, periodistas, etc.)
muestran una faceta autoritaria de quienes hoy tienen la responsabilidad de Gobernar la
República.
El camino elegido por el Presidente y parte de su equipo de gobierno no contribuye en
nada a construir un destino mejor para la Argentina, por el contrario desempolva viejas
prácticas de confrontación permanente que nos conducen a generar violencia política y
social dentro de la Sociedad.
Por ello reiteramos nuestra solidaridad con el Diputado Miguel Pichetto y repudiamos
enérgicamente las palabras del Presidente Javier Milei.
Fuente: CFIN