El sábado a la noche, fue acribillado a balazos, Andrés «Pillín»Bracamonte y su segundo en la Barra de Central. Terminó una era en el para avalancha de los Canallas -por suerte-, que traerá aparejado sin dudas, un baño de sangre para los tiempos que vienen.
Los Narcos en Rosario están fuertes y esto es una demostración.
«Pillín» un delincuente que se adueñó de Rosario Central, era el propietario de muchos jugadores de fútbol y de todo que sucedía en Rosario Central.
Un violento no sólo con los suyos en la barra sino en su vida particular, con sus parejas. Había muchas denuncias en la Justicia.
Durante décadas «Pillín» era el dueño de la barra poderosa de Rosario Central y nadie, pero nadie nunca nadie hizo nada.
Bracamonte era el dueño de las islas frente a Granadero Baigorria y casi todos los emprendimientos, de la vida en esa ciudad, de muchos funcionarios de esa Municipalidad, una muestra de ello era del ex Comisario Franganillo, más conocido como el gordo, y ex amigo íntimo de la ex jueza Federal Laura Cosidoy.
«Pillín» se adueñaba de la vida pública y privada de muchos dirigentes futboleros pero también de políticos, sindicales y del MPA rosarino. sin dudas.
De Granadero Baigorria, Bracamonte amplió su territorio a Ibarlucea y a Funes, por ejemplo con barrios privados, con empresas de caterings con Intendentes que más que socios eran empleados o exclavos de él.
Un Legislador nacional tenía una relación muy estrecha con «Pillín» con inversiones conjuntas en countrys, , construcción de edificios, empresas y hasta una emisora en Santa Fe, que hace pocos meses se adueñaron de un porcentaje importante de acciones de esa emisora.
Los Barras y los Narcos que penetran no solamente en la comercialización de sustancias prohibidas sino también en la sociedad, blanqueando sus dineros obtenidos con la vida de nuestros hijos.
Esos intendentes, Legisladores, candidatos que reciben esos fondos espurios para sus campañas, empresarios o dueños de medios que no dudan en asociarse porque atraviesan crisis económica, son tan miserables e indignos como «Pillín» Bracamonte.
Fuente: CFIN