El joven acusado por narcotráfico recuperó hoy la libertad. Durante el juicio, declaró como arrepentido y señaló al ex jefe de antidrogas de la provincia como partícipe de la banda
Ignacio Actis Caporale en 2012, cuando su rostro se conoció en los medios.
Ignacio “Ojito” Actis Caporale, quien fue condenado por narcotráfico en diciembre de 2020, quedó este lunes en libertad condicional. Así fue al recibir el beneficio de una reducción de pena a la que accedió por lo que se denomina “estímulo educativo”, es decir, porque realizó más de 30 cursos y terminó la escuela secundaria e inició una carrera terciaria en la Universidad Tecnológica.
Caporale había sido condenado a 12 años de prisión en el marco del juicio que terminó en diciembre de 2020, pero meses después esa sanción quedó reducida a 9 años y medio por acogerse a la ley del arrepentido. Ahora, a esa pena de 9 años y medio se le redujeron 13 meses por estudiar en la cárcel. Hasta ahora, el muchacho había estado alojado en el sector de máxima seguridad de la cárcel federal de Ezeiza pero hoy mismo recuperó la libertad.
Walter Fidalgo, abogado defensor de Caporale, confirmó este lunes a La Capital que su cliente quedó en liberad condicional por una reducción de pena en el marco de lo que establece el artículo 140 de la ley 24.660, que “permite reducción de plazos de penas por estudio”.
“La pena de Caporale vencía originalmente el 18 de abril de 2023, es decir, le redujeron 13 meses la condena y así accedió a la libertad condicional. Mi cliente dedicó 5 años y 3 meses a estudiar. Terminó la secundaria, que son tres años y comenzó una carrera de tecnicatura en administración de empresas que la UTN dicta en el penal. Además, para que sea una reducción en los plazos de las penas, el interno tiene que estudiar carreras con formación profesional y con más de 450 horas cátedras. Si no es así, no puede acceder a una reducción de pena ”, agregó Fidalgo.
Terminar con la mala vida
El abogado ponderó la actitud de Actis Caporale en la cárcel. “No se quedó mirando el techo de la celda, sino que dedicó estos cinco años y tres meses a formarse, a tratar cambiar la mala vida que ha tenido. No hay que olvidar que Actis no fue ningún santo. Se ha equivocado, ha confesado la comisión de delitos, ha acordado una pena y ahora tiene los derechos que le otorga el Código Procesal de la Nación”, agregó Fidalgo.
Ignacio Actis Caporale fue detenido en 2016 acusado de narcotráfico. A fines de 2020 se realizó el juicio en el que terminó condenado a 12 años de cárcel. Durante el proceso judicial, “Ojitos” Caporale prestó declaración como imputado arrepentido y su testimonio fue crucial para condenar a 10 años de cárcel al ex jefe de la policía antidrogas de Santa Fe Alejandro Druetta, como partícipe de una organización delictiva, quien cumple esa sanción con arresto domiciliario.
En base a su comportamiento en el penal de Ezeiza y al haber iniciado 30 cursos, haber concluido la escuela secundaria y haber iniciado una tecnicatura universitaria, su abogado solicitó que se reduzca la pena de acuerdo a lo que establece la ley 24.660, en cuyo artículo 140 establece reducción de plazo de penas por estudio. Así, la sanción original quedó establecida en 9 años y medios y por el tiempo trascurrido tras las rejas, Caporale quedó en condiciones de acceder a la libertad condicional.
Llevar una cruz
Acerca de los aportes que Actis Caporale hizo en el juicio, el doctor Fidalgo dijo a LT8 que su cliente “tiene una cruz, sabe que esto no será gratis porque llevó a la cárcel a Druetta, quien no está tras las rejas sino con prisión domiciliaria. Druettta estuvo arrestado en la PSA y de ahí se fue a la casa. Estamos hablando de un funcionario público que cometió delitos y que gracias al testimonio de Actis Caporale puso claro sobre oscuro y describió como funcionaba la organización. El fiscal federal probó en el juicio y se lo condenó a Druetta a diez años de prisión. Druetta nunca pisó una unidad penal a diferencia de mi cliente que tuvo que sobrevivir dentro de la cárcel con los riesgos de vida que tenía. Esos son los riesgos que corrió al declarar como arrepentido”.