Tras algunas demoras, el BCRA se reunió este martes. En línea con los pedidos del FMI, la autoridad monetaria busca mantener en terreno positivo el rendimiento de los pesos.
El directorio dispuso elevar en 200 puntos básicos la tasa de interés nominal anual, pasando de 42,5% a 44,5%. Se trata de otro de los gestos de la “guerra contra la inflación” que declaró el presidente Alberto Fernández.
Para los plazos fijos a 30 días, el nuevo piso se fijó en 43,5% hasta $10 millones, lo que representa un rendimiento de 53,3% de tasa efectiva anual (TEA). Para el resto de los depósitos del sector privado la tasa mínima garantizada se estableció en 41,5%, lo que representa una Tasa Efectiva Anual de 50,4%, indicó la autoridad monetaria.
“La expectativa del mercado es que se anuncie un nuevo incremento en la tasa de referencia (Leliq a 28 días). En lo que va del año, ya hubo dos subas de tasas que acumularon 450 puntos básicos”, había expresado un informe de Grupo SBS la semana pasada.
La sociedad de Bolsa preveía que el nuevo ajuste fuera del orden de los 150 a 200 puntos básicos, tal como terminó sucediendo. “Según dijo SBS, pese a ese movimiento hacia arriba, “seguiría negativa dadas las expectativas de inflación”, sostuvo SBS.
El rendimiento de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días (que funciona como referencia para el resto de las tasas) se encontraban en 42,5% nominal anual (51,9% en términos efectivos) frente a una inflación que acumuló 52,3% en los últimos 12 meses.
Los plazos fijos minoristas, por su parte, pagaban un mínimo de 41,50% a los minoristas y todavía menos al resto de los depositantes. Así, las tasas mensuales estaban debajo del 4% y pierden contra la inflación.
El diagnóstico del Banco Central sobre la inflación
La entidad conducida por Miguel Pesce publicó en los últimos días su informe de Política Monetaria. En ese texto, reconoció la aceleración de la inflación en el primer bimestre del año y la atribuyó a los siguientes factores:
Recomposición de los márgenes de comercialización de ciertos sectores.
Reapertura de las paritarias salariales.
Expectativas de inflación más elevadas como resultado de las mayores presiones cambiarias asociadas a la incertidumbre financiera generada por entrar en una etapa de definición de la negociación con el FMI.
Elevada inercia inflacionaria.
Desfavorables condiciones climáticas domésticas.
Significativo aumento de los precios internacionales de las materias primas agrícolas, la energía y las manufacturas globales, “que presentaron una aceleración ante el conflicto entre Rusia y Ucrania desde fines de febrero”.
En ese sentido, el BCRA sostuvo que una condición necesaria para reducir la inercia inflacionaria es acumular reservas. Según el acuerdo con el FMI, la meta para este año es sumar US$5000 millones a las arcas de la entidad.
Con eso, el organismo pretende disipar “los riesgos de crisis de balanza de pagos y saltos abruptos del tipo de cambio”, de modo tal de anclar las expectativas con respecto al dólar.
“Así, con el objetivo de fortalecer la posición de reservas internacionales, se modificó el ritmo de depreciación para llevarlo gradualmente a niveles más compatibles con la tasa de inflación doméstica”, reconoció el BCRA, que viene acelerando la devaluación del peso desde diciembre.
Por otra parte, el BCRA consideró que el acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI también contribuirá a reducir la incertidumbre cambiaria y anclar las expectativas de devaluación, de modo de ayudar al descenso gradual de la inflación durante lo que resta de 2022.