La ginecóloga declaró ante las fiscales del caso vía Zoom. Su palabra era una de las más esperadas en el expediente. Su testimonio se interrumpió intempestivamente: afirmó que se le cortó la luz
La médica ginecóloga Renee Legrand se sentó frente a su computadora algunos minutos después de las 12 del mediodía del martes. Luego, encendió la aplicación Zoom y declaró frente a las fiscales de la UFI N° 3 de Esteban Echeverría, que investigan al futbolista Sebastián Villa por abuso sexual. Su testimonio es clave porque fue la profesional que atendió en el Hospital Penna a la víctima al día siguiente de la violación denunciada.
Cuando R.T.D, la denunciante, contó los hechos ante la Justicia, explicó que 24 horas después de lo sucedido, concurrió al Hospital Penna por los dolores vaginales que sentía. Relató que la ginecóloga le dijo que tenía lesiones compatibles con abuso sexual y la instó a hacer la denuncia. Sin embargo, como tenía miedo, no lo hizo y se fue.
Luego de escuchar esto, las fiscales Vanesa González y Verónica Pérez solicitaron la historia clínica de la paciente. Comprobaron que la atención existió pero en el documento no decía nada acerca de lesiones. Es decir, había una diferencia entre lo que la víctima relataba que le habían dicho y lo que quedó asentado.
Por esta situación, la declaración de la médica se tornó fundamental.
Tras una cita inicial que fue suspendida por un supuesto malestar, la especialista fue convocada nuevamente para dar su testimonio. Hoy, Legrand fue al menos elíptica. Afirmó ante las fiscales, la querella y la defensa que “no recuerda si ella la atendió” porque “quizás firmo el certificado pero la pudo haber atendido otra doctora” y que también “no tiene la obligación de denunciar un abuso”.
Casi en el final de su declaración, sorprendentemente, la especialista volvió a interrumpir su testimonio: afirmó que se le cortó la luz.
Más allá de esta declaración, el expediente contra Villa sigue sumando pruebas. Una de las más concluyentes llegó ayer al mediodía a manos de las fiscales. Fue la pericia psiquiátrica que se le realizó a la víctima el día viernes, donde la profesional que la realizó aseguró, en sus conclusiones, que la víctima tenía “indicadores de abuso sexual”.
Además, explicó que R.T.D sufría de “trastorno de estrés post traumático” y que en su relato se evidenciaba “angustia”. Por otra parte, hizo referencia a uno de los aspectos que más le interesaba saber a los investigadores, si la mujer inventaba o mentía. La respuesta fue contundente: No.
La psiquiatría escribió, en el punto F de su informe, que “del relato de la víctima no se advierten indicadores de fabulación o mendacidad”.
En otro de los ítems, la perito oficial escribió: “En la entrevista se observa que la situación vivida fue experimentada como una desilusión y donde experimento temor a perder su vida. Durante el relato se observa una relación asimétrica de seducción-control. Por un lado, una figura pública renombrada y reconocida en su ambiente y por el otro una personalidad vulnerable quedando atrapada en una creencia de enamoramiento, admiración y sobrevaloración, dándole el control de la relación a su agresor”.
“Persona de sexo femenino, aspecto aseada, prolija, vestida acorde a la época del año, actitud psíquica activa, serena sin respuestas impulsivas, hipobúlica, estado afectivo angustiada, llanto espontáneo, ansiedad manifestada por un aumento del apetito, se observa una anestesia emocional donde se siente extraña”, explica la especialista en cuanto a sus primeras impresiones.
En casos de esta naturaleza, la pericia psiquiátrica oficial se convierte en fundamental. Incluso, en muchas ocasiones, esta prueba alcanza para detener a una persona acusada de abuso sexual o condenarla, como ocurrió con Cristian Aldana, líder de El Otro Yo.
La declaración de la ginecóloga, no fue la única actividad en el expediente esta mañana. La víctima volvió a presentarse en el polo judicial de Esteban Echeverría. En esta oportunidad, fue citada para entrevistarse con parte del Equipo Interdisciplinario del Centro de Asistencia a la Víctima, con el objetivo de que se elabore un “informe victimológico”. Se trata de un documento que, si bien no tiene rango de pericia, muchas veces es fundamental para la justicia, ya que colabora con una valoración mas precisa de la víctima y las circunstancias que rodean el hecho.
En el expediente también constan informes donde quedaron registradas las entradas y salidas del country Venado II donde habría ocurrido el abuso, la confirmación de un llamado al 911 por parte de un vecino que escuchó gritos, los chats que la víctima tuvo con Villa al día siguiente y las fotos de los golpes que expuso la denunciante.
En una de esas conversaciones, el extremo colombiano, al leer lo que su pareja le contaba de la noche anterior, le pidió que no “haga nada raro”, en clara referencia a una posible denuncia: “Yo se que tu me quieres. No vayas a hacer nada raro mi vida. Que tu sabes que no puedo dar de que hablar. Hágalo por mi familia. Yo soy el pan de cada día”.
A medida que la causa avanza, las posibilidades de que Sebastián Villa sea llamado a declaración indagatoria crecen día a día. Mientras tanto, el futbolista sigue su actividad normal dentro de Boca, a pesar de que el jueves mirará el partido decisivo por la Copa Libertadores desde la tribuna. Es que aún le resta cumplir una fecha de suspensión de las seis que le aplicó la Conmebol por el escándalo que se vivió el año pasado en Brasil, donde los jugadores del club Xeneize agredieron al plantel de Atlético Minerio, luego de quedar eliminados.
Si Boca supera el jueves a Deportivo Cali, y avanza a la siguiente ronda, comenzará para Villa otra etapa de viajes internacionales, para los cuales deberá pedir una autorización en el juzgado, ya que todavía pesa sobre el la prohibición de salida del país por la causa anterior, la de violencia de género contra su ex, Daniela Cortéz.