Resolvió excarcelar a un hombre que tenía 11 kilos de marihuana. Pero un juez provincial lo tenía preso por esconder a “Morocho” Mansilla, único prófugo de los ocho que escaparon de la cárcel de Piñero en junio
Hace una semana una brigada de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) entró a una casa de Vanzo al 7700, en la zona oeste de Rosario, con una orden de allanamiento. Dos fiscales habían recibido el dato de que allí podía estar Claudio Javier “Morocho” Mansilla, el único de los ocho hombres que el 27 de junio se escaparon de la cárcel de Piñero utilizando armas, con captura internacional activa y pedido de recompensa por un millón de pesos. No había en la vivienda rastro de Mansilla pero sí estaban Raúl Humberto P., padrastro del buscado, y una nena de seis años. La pequeña de manera espontánea, según indicaron los fiscales delante de un juez , dijo en ese momento a los policías:+ ccv”Hace un rato estaba mi tío Morocho con mi papi en casa” .
La patrulla de la AIC se llevó detenidos a Raúl Humberto P. , de 68 años, ya su nuera Priscila A. de 21, que apareció por la vivienda cuando aún no se había retirado la policía. El motivo por el que llevaron a ambos no fue solo dar refugio a un prófugo sino por haber encontrado allí casi una vez kilos de marihuana que presumen son del fugitivo.
Esto ocurrió el sábado 4 a las 20.30 a unas cinco cuadras de 27 de Febrero y Circunvalación. E n la casa se encontró incluso una foto de Morocho Mansilla con un hijo del dueño de casa. El lunes pasado los fiscales Franco Carbone y Marisol Fabbro acusaron a los dos detenidos por dar cobertura a un hombre que se fugó a los tiros de la cárcel y que está condenado a prisión perpetua por matar a balazos a dos personas. El juez Facundo Becerra les dictó 90 días de prisión preventiva por encubrimiento agravado.
El caso pasó entonces a la Justicia Federal de Rosario por la partida de estupefacientes secuestrada en la casa. Y allí sobrevino un conflicto que retumbó hasta la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe y la Cámara Federal de Rosario. La fiscalía federal solicitó el procesamiento. El juez federal en turno Carlos Vera Barros resolvió falta de mérito para Priscila A. dado que no vive allí y solo llegó para retirar a su hija. Procesó a Raúl Humberto P. porque la droga decomisada se encontró en su domicilio. El magistrado consignó que la sustancia fue hallada en un ropero de la parte superior de la vivienda donde, según refirió la policía, había habitado Nicolás “Morocho” Mansilla y trabó embargo por 315 mil pesos en su contra.
Pero el martes pasado dispuso la libertad bajo caución del detenido. Al analizar la peligrosidad procesal sostuvo que no hay elementos para suponer que eludirá la acción de la Justicia porque no se resistió a la detención, tiene domicilio fijo y padece un precario estado de salud constatado por haber sufrido tres infartos. Con esas valoraciones lo excarceló.
Esa determinación ensanchó una fisura en un debate institucional que hace tiempo cruza el sistema penal de la provincia: la histórica falta de coordinación y estrategia entre las esferas provincial y federal de la Justicia en momentos en que una criminalidad muy agresiva golpea el orden público en Rosario y genera inestabilidad política.
Las justificantes del juez federal tienen fundamento objetivo. Si aparecen dan motivo para esperar libre el juicio. Pero en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario no son complacientes: la decisión de liberar a esta persona les parece un muestra de pérdida de contacto con la realidad. “El juez federal señala que ya tiene preservada la prueba de continuar el proceso. Es imposible que esa cantidad de estupefacientes sea administrada por este hombre de 68 años, cuando sabemos con datos certeros que Mansilla estaba en ese inmueble y que le daba albergue allí”, indicó una fuente del MPA.
“Lo que destacamos es la total ajenidad a la realidad de esta resolución de la Justicia federal. No se puede fallar ignorando lo que pasa en la Justicia provincial. A la hora de la medida cautelar se valora como peligrosidad procesal que tiene once kilos de marihuana. ¿Cómo un juez federal no va a tener en cuenta que libera a alguien que tiene droga en un lugar donde está también un prófugo de una evasión inédita que es un doble homicida? Un juez provincial le dio 90 días de prisión preventiva dos días antes a esta misma personas precisamente porque no ignoró el contexto. Ese juez ya sabe que un encubrimiento es excarcelable”, marcaron desde el MPA.
“La excarcelación está fundada. Esto no proviene de una investigación previa sino del hallazgo de once kilos de marihuana de la policía provincial que irrumpe buscando a un fugado que no es el imputado. El hallazgo es en el dormitorio del hijo que no vive ahí. Por las circunstancias del hallazgo y del imputado se justifica la excarcelación. Si la persona tiene detención del juez provincial seguirá detenido”, indicaron fuentes de la Justicia Federal.
La crítica falta de coordinación entre jurisdicciones judiciales que abordan el delito complejo es un problema crónico en Santa Fe. Algo tan permanentemente referido en la prensa y al interior de las agencias de investigación llevó a que las fiscalías provinciales del MPA, la Corte Suprema de Santa Fe y la Cámara Federal de Rosario como órgano de control de los jueces federales comenzaran a tener rutinas de encuentros para que no se malogren pesquisas en donde quienes caen por delitos de violencia suelen tener procesos por drogas. En un tiempo en donde recrudecen los homicidios, las cárceles son espacios de planificación de atentados, hay armas abundantes en un mercado negro, fuerzas de seguridad implicadas y lavado de dinero. En el marco de esas reuniones de cúpulas judiciales precisamente esta semana este caso fue señalado como un ejemplo de los problemas más críticos.
Desde el MPA remarcan que otro elemento de peligrosidad lo indica que en caso de ser condenado la pena para será de ejecución efectiva. Que hay una importante cantidad de droga en el ambiente donde hay un preso de alto perfil prófugo que ejecutó dos asesinatos. “No se puede ignorar lo que pasa en la Justicia provincial. No se podrá sostener la detención ahora que desde la Justicia Federal dieron la libertad”, indicaron.
Pero para mantener una persona detenida no hay que tener voluntad sino motivos. ¿Por qué para el MPA es importante si se lo busca a Mansilla retener a una persona que lo guarecía? Precisamente para indicar, afirman desde allí, lo intolerable que es encubrirlo, algo por lo que un juez provincial dictó prisión. Los motivos de política de persecución más fuertes para retenerlo estaban en el ámbito federal porque la cantidad de droga presupone una condena efectiva. La crítica por eso arreció por todos lados. La libertad fue apelada por la interviniente federal fiscal. Lo que marca el caso es la necesidad de concertar un camino para dos jurisdicciones que viven en la misma ciudad.